Este sábado, el Arzobispado de Santiago, ha publicado un escuetísimo comunicado de prensa en el que informa que la Santa Sede ha cesado en sus funciones sacerdotales y con ello la salida de la iglesia, del sacerdote, Cristián Precht.
La nota dice: «El Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, cardenal Luis F. Ladaria, S.J. ha notificado hoy al Arzobispo de Santiago que, con fecha 12 de septiembre del año en curso, el Santo Padre Francisco ha decretado, de forma inapelable: La dimisión del estado clerical «ex officio et pro bono Ecclesiae» y la dispensa de todas las obligaciones unidas a la sagrada ordenación, del Rev. Cristián Precht Bañados. El mismo decreto establece que el obispo comunique a la brevedad la nueva situación canónica del afectado al pueblo de Dios».
Precht Bañados (77años) fue uno de los curas icónos en la lucha por los DDHH de hecho fue Vicario de la Solidaridad, el 30 de agosto pasado tuvo que declarar como imputado el la indagatoria por abusos sexuales a menores perpetrados por religiosos Maristas.
Pero no es la primera vez que el fantasma de los abusos empañaba al otrora carismático cura, ya que en 2012, la Congregación para la Doctrina de la Fe (La misma Inquisción que este sábado le ha retirado el Estado Clericla), tras una investigación determinó sus “conductas abusivas”, lo que obligó al también investigado arzobispo de Santiago, cardenal Ricardo Ezzati, a sancionarlo con prohibición absoluta de ejercer de manera pública el ministerio sacerdotal por cinco años, y este castigo se había cumplido hace poco: El martes 5 de diciembre de 2017, Precht podía volver a oficiar misa y a las labores propias de un sacerdote.
Este sábado Precht, deberá colgar la sotana y enfrentar como civil el largo proceso en que está involucrado