domingo, noviembre 24, 2024

Desbordes se mantiene con discurso de la derecha e insiste con el “sesgo” del Museo de la Memoria

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Ya han pasado horas desde que el gobierno de Sebastián Piñera tuvo que obligadamente sacar al ministro de las Culturas, Mauricio Rojas, por sus comentarios poco afortunados sobre el Museo de la Memoria, pero hay dirigentes de la derecha como el diputado y timonel de RN, Mario Desbordes, que insisten en el discurso de su sector respecto al “sesgo” que tiene esa exhibición o como la de la senadora de la UDI, Jaqueline Van Rysselberghe, que opina sin conocerlo. Ambos, parece, que no se han dado cuenta que una muestra de este tipo es para recordar las aberraciones a las que puede llegar la especie humana.

En una columna en La Tercera, Desbordes recuerda cuando apareció por primera vez en un medio de comunicación y no como dirigente político, sino que como subteniente de Carabineros y con 20 años acuesta.

Ahí menciona que el diario publicó en 1989 el asesinato de un joven oficial de apenas 23 años y su compañero a manos de un integrante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) y lamentando que en una entrevista posterior al guerrillero, éste dijera no arrepentirse de la muerte del carabinero que era su “amigo”.

Sin embargo, a renglón seguido insiste en plantear que el museo presenta “una visión sesgada de la historia, pese a que se trata de una obra que, con recursos de todos los chilenos, se erige como la visión oficial de los hechos”.

Desde esa perspectiva, Desborde señala que se podría discutir sobre el inicio de la “lógica del odio que adoptaron de manera oficial partidos políticos que actualmente dictan cátedra sobre democracia. Pero hoy, simplemente planteo que el Museo, tal como dice su nombre, busque mantener la memoria para evitar que Chile repita lo sucedido en ese periodo”.

Lo que pido es que, por un lado, reconozcamos que al mismo tiempo que se atentaba contra esas personas, hubo víctimas inocentes que fueron asesinadas por razones ideológicas”, menciona.

Al respecto, precisa que “1) Que en el objeto del Museo caben sólo las víctimas de violaciones de DDHH. Eso es una simple convención, un acuerdo (hoy inexistente) que puede ser modificado. 2) Las violaciones a los DDHH son más graves que la violencia política. No lo discuto, solo hago presente que el terrorismo no es un delito común, y que universalmente se le ha asignado máxima gravedad. 3) Se pretende que los caídos a manos del FMR, el Lautaro o el MIR fueron víctimas del ejercicio al derecho de rebelión. Efectivamente hay derecho a rebelarse contra una dictadura, pero ese derecho es respecto de quienes buscan recuperar la libertad y, obviamente, no asiste a quienes pretenden instaurar otro tipo de dictadura”.

Incluso ayer lunes, Desbordes buscó la forma de expresar su idea y en un punto de prensa “les pido a los críticos y a los expertos que son tan duros a la hora que uno plantea esto a que lean el informe Rettig, que señala que se busca determinar las violaciones a los derechos humanos cometidas por agentes del Estado también los que tienen que ver con la violencia política”.

Además, dijo tajante que “a mí, que me tocó vivir el ver asesinados a amigos y recoger del suelo a mis amigos asesinados, lo único que yo pido, víctima inocente de la violencia política, es que el Museo de la Memoria, que tiene una finalidad que acordamos (…) amplíe su mirada también a las otras víctimas del mismo periodo”.

Ante estos comentarios, la diputada del PH, Pamela Jiles, instó a sus colegas periodistas preguntar a Desbordes por los nombres de sus compañeros caídos y que busca que el Museo de la Memoria los recuerde.

Por favor, colegas pregunten a @mariodesbordes  los nombres de sus “amigos muertos que tuve que recoger del suelo” a los que quiere que se reconozca en el Museo de la Memoria”, escribe la legisladora en su cuenta de Twitter.

Opinar sin conocer

A los comentarios de Mario Desbordes se suman los hechos por la timonel de la UDI y senadora, Jaqueline Van Rysselberghe, quien señaló en un punto de prensa que lo que existe en el museo es “solo una parte de la historia y acá la historia se cuenta completa”.

Sin embargo, lo insólito vino cuando una periodista le pregunta si ha visitado el museo, a lo que responde que “NO”, que NO LO CONOCE y que NO HA IDO.


 

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