El presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (Fech), Alfonso Mohor, renunció de manera definitiva al cargo que ostentaba, luego de los cuestionamientos que se le hicieron por encubrimiento de un caso de acoso laboral, pero llamó a enfrentar al “enemigo poderoso que gobierna el país”.
El militante del Movimiento Autonomista se encontraba suspendido de sus funciones al mando de la entidad estudiantil por un periodo de tres meses.
Mohor estuvo al lado de distintos dirigentes estudiantiles y de parlamentarios del Frente Amplio, ocasión en que leyó una declaración en la que señala que “durante la última década, en especial del 2011 en adelante, el movimiento social por la educación ha estado llamado y se ha autoimpuesto la tarea de ser un actor crítico del conservadurismo y del sistema mercantil de vida que afecta a toda la sociedad chilena. Con ese objetivo, desde la organización estudiantil se han articulado movilizaciones, emanado propuestas e interpelado gobiernos constantemente en la búsqueda de consagrar el derecho universal a la educación pública, gratuita, de calidad y no sexista garantizada por el Estado, labor para la cual la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile y sus dirigencias siempre se han puesto a disposición, asumiendo la responsabilidad en la articulación con diversos sectores de la sociedad, en el trabajo con el resto de las organizaciones del mundo educacional y en la ejecución de cada manifestación pública”.
Además, señala que “a pesar de nuestras voluntades, es innegable que nuestra institución, lamentablemente, no ha estado a la altura de los desafíos que se nos han ido presentando en ésta y otras materias, al hacer también oídos sordos a la cada vez más evidente baja participación y desafección de las y los estudiantes para con su federación, y que ha redundado en que año a año las elecciones de la misma se han convertido en un proceso cada vez más deslegitimado y menos convocante”.
“Así las cosas, hemos llegado a un punto crítico en las últimas semanas, donde la sociedad ha conocido de nosotros y nosotras por nuestros numerosos desaciertos en el proceso que significó mi suspensión por 3 meses, producto de la negligencia en la que habría incurrido el año pasado en el Centro de Estudiantes de Ingeniería que presidí”, agrega.
Y respecto a la sanción, Mohor afirma que “este ha sido un proceso terrible para mí y para mi equipo, y hay costos humanos que hacen imposible continuar cumpliendo nuestras labores a cabalidad. No obstante, estoy convencido que a la postre superaremos los daños de manera colectiva, haciéndonos cargo todas y todos de los errores que hemos cometido y colocando nuestros esfuerzos en el tan imperioso proceso de refundación de la Fech, que permita reconstruir una de las organizaciones sociales más importantes de nuestro país”.
“Es por ello que hoy doy un paso al costado como el primero de los gestos políticos necesarios para dar curso a la revisión de nuestras formas de relacionarnos y de hacer política, poniendo inequívocamente los intereses colectivos por sobre los individuales”, menciona.
A renglón seguido expone que “tenemos un enemigo poderoso afuera, que gobierna el país, que legisla para precarizar aún más a las y los estudiantes y trabajadores de nuestro pueblo y frente a eso no podemos permitirnos continuar encapsulados en la inmovilidad que nos generan nuestras diferencias internas. Por respeto a la tradición histórica de esta institución y el rol que ha jugado durante 112 años en la defensa de los derechos sociales, no tenemos más que superar lo que nos afecta. Allá está el enemigo, recuperemos la Fech para enfrentarlo”.
“En miras a ello, contamos con un acuerdo transversal del grueso del Frente Amplio en su expresión estudiantil y en particular de nuestra universidad, ya que entendemos lo que está en juego. El devenir de la organización estudiantil más importante de Chile se juega en su capacidad de convocar nuevamente a quienes conforman la comunidad de la Universidad de Chile e incorporar las muy necesarias reflexiones en torno a cuestionar las prácticas que nos han caracterizado. Nuestra confianza está puesta en que, tras nuestra renuncia, quienes asumirán el desafío de conducir la Fech, la compañera Karla Toro y su equipo, harán todo cuanto esté a su alcance por abordar desafíos tan complejos como los que quedan pendientes”, explica.