Al estilo del ex ministro Jorge burgos, el ex ministro Jaime Campos, sigue criticando al Gobierno al que sirvió como Ministro de Estado y es en esta condición este domingo, a través de un video dirigido a sus «venerables hermanos» de la Masonería explica las razones del porqué se negó a cumplir órdenes de la Presidenta Michelle Bachelet, Además, Campos, sostiene que abordó en varias oportunidades el tema de Punta Peuca y nunca recibió respuestas, apuntando directamente a la ahora ex Mandataria.
“Hasta el día viernes 8 de marzo (sic), que es cuando en la práctica dejo de actuar como ministro de Justicia y Derechos Humanos, el gobierno nunca me entregó información o instrucción o resoluciones al respecto. Sin embargo, y de una manera a mi modo de ver extraña, el sábado 10 en la noche y el domingo 11 en la mañana, a horas de la transmisión de mando, me plantearon la necesidad de ejecutar un acto administrativo que no implicaba el cierre de Punta Peuco, como algunos lo indican, pero que objetivamente se refería a él. Les advertí que ese acto jurídicamente era ineficaz, que no iba a producir efecto material alguno, y que me parecía sólo una maniobra político-comunicacional, efectista y que, por cierto, yo para ello no me prestaba. Además, les indiqué que del punto de vista jurídico, la proposición que me estaban haciendo adolecía de errores que lo podían transformar en un documento además ilegal, puesto que todo el procedimiento de su génesis no corresponde a lo que nuestro ordenamiento jurídico contiene sobre este punto” señala en tono desafiante el abogado radical.
Campos explica además -simpre dirigiéndose a sus hermanos masones- que “A horas de la transmisión del mando, un acto de esta especie lo único que iba a lograr era empañar lo que ha sido la tradición republicana chilena en materia de transmisión de mando, y con el propósito de evitar ese bochorno, por cierto que me negué a hacerlo”.
El controvertido ex secretario de Estado además revela que se negó a cumplir otras órdenes presidenciales que no detalla: “Del mismo modo, y en la misma ocasión, me negué a ejecutar otros actos administrativos que me indicaron, puesto que, desde un punto de vista constitucional y legal, y como ya por escrito se los había advertido, tenía reproches jurídicos sobre la materia”.
“Si alguien me plantea ejecutar un acto que violenta mi conciencia, que transgrede mis principios y mis valores, y que importa una marginación de la Constitución y de la ley que hemos jurado respetar, tengan ustedes la seguridad que yo jamás lo voy a realizar. Y en este caso, me tocó enfrentar esta situación”, explica.
Culpando a Bachelet
Sin duda que lo que más llama la atención de lo planteado por Jaime Campos, es su abierta disonancia con Bachelet, a quien también la culpa de no haberle escuchado cuando le planteó el tema del penal: “Cuando asumí el ministerio de Justicia, le planteé a su excelencia la Presidenta de la República, la necesidad de adoptar una resolución sobre la situación que regía en el penal denominado Punta Peuco. En esa ocasión me advirtió que era una materia muy compleja, que contenía aristas políticas, militares, penitenciarias, de seguridad, y que por ende, la resolución se iba a adoptar más adelante. En el año y medio de mi ejercicio ministerial, en seis ocasiones le volví a señalar la necesidad y la urgencia de que adoptásemos una resolución sobre el particular, e incluso, como Ministerio de Justicia, le planteamos dos o tres alternativas legalmente válidas, a objeto de concretar nuestros anhelos en orden a encontrar una solución a esta materia. Sin embarco, nunca tuve respuesta sobre ello. La última vez que conversé esta situación con Su Excelencia fue en el mes de enero del presente año, ocasión en que le indiqué que los plazos para implementar cualquier medida que quisiésemos adoptar se nos estaban acortando o estaban terminando, puesto que estábamos en una posición muy próxima a concluir el mandato presidencial”, indicó el ex ministro.
Campos termina su video rechazando versiones que lo acusan de apoyar a los violadores de DDHH: “Nunca he pretendido amparar a los violadores de DD.HH. como alguno lo sostiene. Por el contrario, durante un año y medio traté y encontré respuestas para darle solución a esa materia. Sin embargo, quienes debían adoptar las medidas políticas pertinentes, en el momento oportuno no lo hicieron. Y de ahí es que no podía aceptar, a la hora undécima, tratar de ejecutar un acto a sabiendas de que era ilegal y a sabiendas que sólo tenía un propósito comunicacional y que empañaría groseramente lo que era el proceso de transmisión de mando”.