La innovación se acerca cada vez más al sistema de transporte público de la capital. Así quedó demostrado tras el lanzamiento en noviembre pasado de los nuevos buses eléctricos del Transantiago, que incorporan prestaciones que apuntan a la seguridad y comodidad de los usuarios. Una prueba más del espacio que queda para seguir mejorando la experiencia del transporte público.
Los buses estrenados, no solo destacan por ser “verdes”, ya que son 100% eléctricos, sino que además integran cámaras de seguridad, aire acondicionado, cargador USB para celulares, wifi y una cabina de seguridad para los conductores.
Pero estos son solo algunos aspectos que pueden ser mejorados a través de la innovación. Experiencias internacionales como Londres, Seúl o Melbourne muestran que las mejoras en el sistema de pago y en la infraestructura general, también pueden incidir en el éxito de un sistema de transporte siendo más eficiente y seguro.
En el caso de Seúl, una de las claves estuvo en la implementación de un sistema de gestión de transporte y respuesta a la situación en tiempo real; en Londres se agilizó el pago del transporte con la incorporación del pago sin contacto directamente desde las tarjetas de crédito y débito; mientras que en Melbourne, con el fin de reducir la evasión, se dispuso de un dispositivo electrónico que permite dejar registrado en pocos segundos al infractor, sin perder tiempo en papeleo.
A nivel local, aún queda mucho por avanzar. De cara a la próxima licitación, que exige entre, otras cosas, 90 buses eléctricos, hay una clara oportunidad de mejorar un sistema de transporte que a 10 años de su inauguración aún tiene muchos desafíos por enfrentar, como es mejorar el confort de los buses, los niveles de evasión y la frecuencia de los recorridos, en donde las condiciones de la ciudad tienen mucho que decir.
Es importante destacar que la innovación puede ir más allá del equipamiento del mismo bus. Por ejemplo, una solución de telemetría permite recopilar y mantener en tiempo real la información de los pasajeros que suben o bajan del bus, y analizar esta información en base a paraderos, rangos, y recorridos, entre otras alternativas que pueden significar un gran aporte.
Pedro González, Gerente de sistemas de TrackTec, comenta que “se puede generar una plataforma que centralice y disponga a la autoridad y los operadores, la información recopilada por distintos sensores, desde la posición, que es el más básico, hasta tener los nivel de emisiones, la cantidad de horas que ha conducidas por el chofer, cuántos recorridos ha realizado, su perfil de conducción segura, el nivel y consumo de combustible, estatus de las mantenciones, entre otras variables que se pueden estudiar y sobre las cuales generar acciones de mejoras específicas en la experiencia de los usuarios del sistema.
González añade que esto es sólo una pequeña parte de lo que se puede lograr con un aumento de la inversión tecnológica en la próxima generación de buses. “El 2017 fue un año de definiciones para Chile en muchos aspectos. Por eso, cuando se discuten los temas país y hablamos de lo que queremos a futuro, hay que aprovechar la gran oportunidad que tenemos de incorporar mejoras al estándar de servicio, a través del uso de nuevas tecnología en nuestro transporte público”.