El fallecimiento del ex-preparador físico de la Selección Chilena, Luis María Bonini, a causa de un melanoma o cáncer a la piel, causado por una alta exposición al sol, nos trae como aprendizaje la importancia de la protección solar. Durante el verano, los índices de radiación aumentan y esta patología vuelve a entrar en el debate, ya que según la OMS, entre los años 2010 y 2015, tuvo un alza cercana al 20%. Además, cifras de 2016 entregadas por la misma organización, indican que en los últimos cinco años la tasa de cáncer a la piel en Chile ha aumentado de 20 a 25 casos por cada 100.000 habitantes.
Se trata del tercer cáncer más común en Chile, situación que puede deberse a la mayor exposición a la radiación ultravioleta. Para prevenir, el Dr. José Luis Gatica, dermatólogo de Clínica La Parva, nos entrega algunos consejos para cuidar la piel en esta época del año. Además, el experto recalca que los daños de la radiación solar son acumulativos.
“Lo principal es evitar exponerse al sol directamente entre las 11 y 16 hrs. Es recomendable usar sombreros y anteojos para protegerse de los rayos UV. Además, debemos incorporar en nuestra dieta alimentos que aporten nutrientes con antioxidantes, ricos en vitamina C, E, carotenoides y polifenoles”, explica el especialista y agrega que en verano debemos aumentar la humectación para la piel.
La protección con filtros solares es fundamental. El doctor recomienda utilizar filtros solares 50+, aplicados en la dosis y frecuencia correcta (mañana y medio día, cada 2 horas si se está al sol y reaplicar en caso de exponerse al agua). Mientras que el factor 30 es más indicado para los meses de invierno.
Las pieles sensibles o que han tenido daños previamente son las más susceptibles a tener problemas a raíz del sol. “Cuando la piel presenta síntomas de alergia, es preciso consultar a un especialista para que oriente el tratamiento más adecuado dependiendo el tipo de alergia y la severidad de cada caso”, afirma José Luis Gatica.
Los cánceres de piel se pueden clasificar en 2 grupos. Los más frecuentes son los llamados No Melanoma, que tienen bajos índices de mortalidad. Mientras que el Melanoma es menos frecuente, pero presenta índices de mortalidad altos. Este último, es el que se relaciona con los lunares malignos, que si se tratan a tiempo, no deberían traer complicaciones. “El problema es que cuando se diagnostican en etapas avanzadas, el cáncer ya se ha expandido a otros órganos del cuerpo a través del sistema linfático, vascular o nervioso”, concluye el experto.
Para más información sobre las especialidades, tratamientos y equipo médico, visita la página www.clinicalaparva.cl.