En momentos que la Fuerza de Submarinos de la Armada de Chile cumple 100 años, es deber relevar el carácter marítimo de nuestro país que, a su vez, implica un gran desafío para nuestro desarrollo futuro y la subsistencia de nuestra población.
Chile habita un espacio privilegiado con más de 4.300 kilómetros de costa en el Océano Pacífico, con un extenso territorio Antártico y una Zona Económica Exclusiva de aproximadamente 3,5 millones de kilómetros cuadrados, que equivale a más de cinco veces la superficie de su territorio continental sudamericano.
Más del 90% del comercio exterior nacional se realiza por mar. Podemos concluir que somos poseedores de una innegable condición geográfica marítima, que ofrece múltiples oportunidades de desarrollo sobre un escenario mundial, cuyo eje se dirige aceleradamente hacia nuestra región. Sin duda, estamos pasando de ser espectadores a protagonistas del futuro. Nuestra privilegiada posición es un atributo que constituye una inmejorable vía de comunicación económica, social y política con el resto del mundo, además de constituirnos en una enorme fuente de recursos para el desarrollo de actividades productivas.
Frente a esta realidad, la Armada de Chile con sus unidades navales y aeronavales, cumple un rol fundamental protegiendo la vida humana en el mar y combatiendo las actividades ilícitas mediante el patrullaje marítimo, fiscalizando el tráfico para combatir la sobreexplotación, la pesca ilegal, el contrabando y el narcotráfico. En definitiva, vigila nuestro territorio marítimo, compuesto por Aguas Interiores, Mar Territorial, Zona Económica Exclusiva y Mar Presencial, resguardando la seguridad, los intereses nacionales y la integridad del medio ambiente acuático.
En esta tarea destaca la Fuerza de Submarinos de la Armada de Chile que cumple con profesionalismo y compromiso su misión de disuadir cualquier conflicto en contra de nuestros intereses Marítimos e integridad Territorial, estando preparada para la defensa de la Patria en caso de amenazas, pudiendo transformarse en una poderosa herramienta estratégica.
Los submarinos SS “O’Higgins” y SS “Carrera”, de la clase Scorpene, una de las más moderna de su tipo en el mundo, además de los SS “Simpson” y “Thomson”, de la clase U-209, de construcción alemana forman parte importante de nuestras capacidades operativas, disuasivas y de respuesta.
La Armada de Chile comprometida con el desarrollo del país cumple también roles polivalentes y multifuncionales en relación con los desafíos que trae la modernidad como el cambio climático y calentamiento global.
El motor del progreso mundial se ha desplazado desde Europa y EEUU a Asia y China. Esa transición del Poder se vive intensamente en el plano económico. El mundo está cambiando desde el Atlántico Norte hacia el Pacífico.
Chile tiene la oportunidad de concentrar el tránsito en la Región, constituyéndose en un nodo en el Pacífico Sur Oriental que vaya más allá de un asunto de intercambio comercial, sino más bien para constituirse en puerta de entrada y salida de América, incluido el territorio Antártico.
Este desafío debemos abordarlo como un tema de Estado. El Pacífico es nuestro hogar y está en la primera línea de nuestro futuro.