Con la llegada del frío en invierno, las estufas y calefactores se convierten en los protagonistas durante esta época. Sin embargo, los esfuerzos por mantener calefaccionados los ambientes pueden generar algunos riesgos, sobre todo para los más pequeños del hogar, ahora que se vienen las vacaciones de invierno.
En base a este panorama, Thörben y Havel empresas líderes en sistemas de calefacción entregan algunas recomendaciones para evitar accidentes domésticos.
1.- Calor con fuego: Si su fuente de calor es con fuego, se debe tomar precaución que los niños no tengan acceso a ello y además ventilar los espacios para oxigenar el lugar y liberar los gases tóxicos. Por ello se deben evitar los braseros ya que emiten monóxido de carbono y en lugares cerrados ocasionan problemas a la salud.
2.- Chimeneas: Se debe poner especial atención a la última mantención que se le realizaron a los ductos, ya que al eliminar el hollín se reduce el riesgo de inflamación, incendios e intoxicaciones. Además si la chimenea se encuentra sucia, su rendimiento es inferior de un 7 a un 9%.
3.- Estufas a parafina: Se debe tomar la precaución que cuando se aplique el combustible, el artefacto debe estar totalmente apagado. Además de encenderlos y apagarlos en el exterior, ya que los gases de la combustión que salen al inicio y al final, son los más peligrosos para el organismo.
4.- Estufas eléctricas: Antes de comenzar a usar la estufa, se debe corroborar que se encuentre en buenas condiciones y no sobrecargar los enchufes para no generar cortes de circuito o incendios. Adicionalmente, se deben ubicar en un lugar alejado del tráfico, en una superficie que sea firme, nivelada y no inflamable (alfombras, muebles, etc).
5.- Estufas a gas: Cualquier estufa a gas debe mostrar una llama constante de color azul, ya que si presenta un color amarillo y en movimiento, se debe acceder a un servicio técnico autorizado para chequear esta anomalía, ya que puede significar pérdida de monóxido de carbono.
Siempre se debe tener en consideración la elección de artefactos certificados y de calidad que ofrezcan seguridad para los usuarios, así como no utilizarlos para otras funciones que no esté predeterminado su uso, como secar ropa o calentar objetos.
