El fiscal a cargo del millonario fraude al fisco al interior de Carabineros, conocido como “Pacogate”, Eugenio Campos Lucero, aseguró que con la investigación se ha ido descubriendo una “cultura en la que se malversaba dinero fiscal” que incluso llegó a heredarse de una generación a otra dentro de la institución, afirmando de paso que serán citado más generales a declarar.
En entrevista con La Tercera, el persecutor explica que el monto de lo defraudado al interior de la policía uniformada ya va en $25.772 millones “y es una cifra que -lamentablemente- se avizora va a seguir creciendo. Fíjese que en marzo teníamos $ 16.000 millones, cuatro meses después, en julio, el monto malversado aumentó casi $ 10 mil millones más. Va a depender de los plazos de investigación a qué cifra final llegaremos”.
“El análisis de la prueba nos ha llevado a sostener, como hemos dicho en las formalizaciones, que al interior de Carabineros fuimos descubriendo una cultura en la que se malversaba dinero fiscal, que eso duró mucho tiempo y que esas prácticas ilegales, incluso, llegaron a heredarse de una generación a otra al interior de la institución, y eso tiene que ver con muchos factores, por ejemplo, los febles controles al interior de la institución y de quienes también estaban llamados a fiscalizar desde fuera”, precisa.
En cuanto a la forma de actuar dentro de la institución, el fiscal considera que ha sido como una “posta”, ya que “hasta el momento, la investigación ha establecido que operaba en un núcleo antiguo, del 2006 al 2010, respecto de una forma, con una jerarquía, con subjefes, con sujetos operativos y otros respecto de los cuales se dedicaban a labores menores. Luego de ello, cuando terminaba su período activo al interior de la institución, esta máquina, como muchos la han referido, se traspasaba a aquellos otros que asumían un rol activo, cumpliendo los mismos roles de jefatura, subjefes u operativos. Eso nos ha permitido tener un patrón común. Por eso, como le señalábamos al tribunal, tenemos imputado al núcleo antiguo y uno nuevo”.
Y añade que “era tal el nivel de sofisticación que tenía la organización, que llevaba a que no solo tuvieran partícipes en el aspecto de lo monetario, la recaudación o los montos, sino que también dice relación con escalas más allá, los controladores, fiscalizadores y, por tanto, toda una organización compleja, estructurada, que permitía abarcar cada uno de los estamentos, no sólo los que malversaban, sino también respecto de aquellos que tenían que controlar a los que malversaban. Estaba muy bien adoptado”.
El fiscal Campos también señaló que los dos ex generales que declararon (Eduardo Gordón, en retiro y Jorge Serrano, activo) lo hicieron en calidad de imputados respecto de una de las aristas que se está investigando, por lo que “esta investigación no ha tocado techo, van a ser citado más generales, van a ir en aumento estas diligencias”.
El persecutor también da su visión con los carabineros que no sabían de esta defraudación, afirmando que “hay mucho carabinero de a pie que no tiene nada que ver con esto, que arriesga su vida, que trabaja de sol a sol y que no sabían nada de esto, y es muy injusto, sabe, porque son justamente los que se llevan los insultos en la calle. La ciudadanía tiene que tener la confianza de que nosotros, los fiscales, vamos a llevar ante la justicia a todos quienes son responsables de estos hechos, pero no por ello hay que culpar ni generalizar en todos los carabineros de Chile, y en ello nuestros esfuerzos de revelar, de imputar al oficial que malversó del resto. Las responsabilidades son personales, no institucionales”.