Tres palestinos murieron y cientos resultaron heridos este viernes en enfrentamientos en Jerusalén Este y en Cisjordania ocupada, donde un palestino mató por la noche a puñaladas a tres israelíes en una colonia.
El atacante, un veinteañero, penetró en una vivienda de la colonia de Neve Tsuf, al noroeste de Ramala, donde mató a tres civiles israelíes e hirió a otro, antes de resultar herido de bala, indicó una portavoz del ejército.
«Atacó y masacró una familia durante la cena de sabbat, matando al abuelo y dos de sus hijos e hiriendo a la abuela», contó una portavoz de las fuerzas de seguridad a la AFP, sin dar más detalles sobre la identidad de las víctimas.
El ataque se produjo tras un día de enfrentamientos mortales entre las fuerzas de seguridad israelíes y manifestantes palestinos.
Las tensiones han aumentado en la última semana desde que un ataque le costó la vida a dos policías israelíes el 14 de julio en el casco antiguo de Jerusalén.
Israel, que asegura que las armas de los atacantes habían sido escondidas en la Explanada de las Mezquitas, decidió instalar detectores de metales en las entradas de este lugar extremadamente sensible, tercer lugar santo del islam y venerado por los judíos como Monte del Templo, el lugar más sagrado del judaísmo.
La medida causó la ira de los palestinos, cuyo presidente, Mahmud Abas, anunció este viernes por la noche que los contactos con Israel estarían «congelados» hasta que el Estado hebreo no levante tales medidas.
Tras haber empezado en Jerusalén Este, los enfrentamientos se propagaron a Cisjordania ocupada donde, según el ejército israelí, 3.000 palestinos se concentraron en varios puntos. Los choques más violentos tuvieron lugar en Qalandya, cerca de Ramala, y en Hebrón, en el sur del territorio palestino.
En ambas ciudades, el ejército respondió a los lanzamientos de piedras con medios antidisturbios, indicó a la AFP una portavoz del ejército.
Casi 500 heridos
Según el Ministerio de Sanidad palestino, un palestino fue abatido por las fuerzas israelíes en enfrentamientos en el barrio de A-Tur, en Jerusalén Este.
Un segundo fue abatido a balazos en el barrio de Ras Al Amud, también en Jerusalén Este, mientras que un tercer palestino murió por disparos en el corazón en Abu Dis, en Cisjordania ocupada, agregó el ministerio, que no aportó más precisiones sobre las circunstancias de estos dos últimos decesos.
La Media Luna Roja dio cuenta de 450 heridos en enfrentamientos en Jerusalén Este y en Cisjordania, entre ellos 110 en la ciudad santa.
En la Franja de Gaza, donde se produjeron enfrentamientos cerca de las vallas de seguridad, 40 palestinos resultaron heridos, siete de ellos, de bala, según fuentes médicas. Uno estaría en estado grave.
Por su parte, la policía israelí informó de que había llevado a cabo 29 arrestos el viernes en Jerusalén Este y en Cisjordania.
Para protestar contra los arcos de seguridad, los palestinos decidieron el domingo dejar de acudir a la Explanada y llevar a cabo la oración del viernes en la Ciudad Vieja.
Centenares de personas rezaron en la calle, a las puertas de la Ciudad Vieja, cuyas calles eran custodiadas por un importante dispositivo de seguridad.
La policía israelí también adoptó la medida excepcional de prohibir la entrada a la Ciudad Vieja a los hombres de menos de 50 años.
Aunque la gestión está oficialmente en manos de Jordania, guardiana de los lugares santos musulmanes en Jerusalén, Israel controla el acceso a la Explanada, un lugar que cristaliza desde hace décadas las tensiones entre Israel y los palestinos.
Aumenta la tesión
Los ministerios jordano y emiratí de Relaciones Exteriores solicitaron que el sitio fuera «inmediatamente» reabierto a los fieles, instando a la comunidad internacional a intervenir.
El jefe de la Liga Árabe, Ahmed Abul Gheit, «condenó la utilización excesiva de la fuerza y de balas reales» por parte de Israel contra «civiles no armados», indicó su portavoz, Mahmud Afifi, en un comunicado.
Además, advirtió de la «creciente ira de los palestinos, árabes y musulmanes» a raíz de las medidas israelíes.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha afirmado en varias ocasiones que Israel no tiene la intención de modificar las reglas del actual statu quo en la explanada, que establece que los musulmanes pueden acudir allí a cualquier hora y los judíos entrar sólo en determinadas horas del día pero sin poder rezar.
Con los últimos decesos, son ya 287 los palestinos muertos desde que comenzó una ola de violencia en octubre de 2015, que también le costó la vida a 47 israelíes, dos estadounidenses, dos jordanos, un eritreo, un sudanés y una británica, según un recuento de la AFP.