Se estrenó en la más reciente edición del Festival de Cine de Cannes y obligó a los organizadores a evaluar su situación y considerar si una película que nunca vería la sala de un cine en verdad debería tener un lugar en la selección oficial del festival. Su solución fue crear una regla para obligar a las películas a estrenarse en, por lo menos, los cines europeos, pero lo que realmente significa es un retroceso, un paso hacia atrás y una clara falta de contacto con la realidad de que el buen cine ya no solo es producto de los grandes estudios.
La película sigue a Mija y a Okja, una niña y su “súper cerdo” supuestamente descubierto en una granja de Chile y ambos deben pasar por un millón de obstáculos para permanecer juntos. Tilda Swinton, la villana de la historia, es la líder de una corporación millonaria que encontró la solución para acabar con el hambre del mundo con el descubrimiento una especie nueva de cerdos, los especímenes son enviados a distintos granjeros para ser criados y descubrir la mejor manera de hacerlo, pero todo es más macabro de lo que suena y para el final de la película sientes un deseo incontrolable por convertirte en vegetariano.
Una escena en particular hace alusión a un campo de prisioneros de guerra o un campo de concentración en el que los internos están condenados a una muerte segura, y el hecho de que tanto el director, como los escritores, le dieron al animal fantástico una personalidad humana y rasgos que dejan ver que no solo es un ser vivo, sino también uno que siente, piensa y razona, hacen que todo sea aún más desgarrador.
Pero Swinton no es la única villana, el director escribió a un grupo de personajes que se encuentran en un área gris, no son completamente malos, pero tampoco buenos. Jake Gyllenhaal es uno de ellos, el actor convirtió al “amante de los animales” que pierde su camino en un personaje patético, roto y en ocasiones desagradables que te hace apretar los puños y querer saltar a la pantalla para detenerlo.
Joon-hu Bong hace una crítica al consumismo y a la explotación, muestra cómo las compañías pueden controlar al mundo si controlan la información y la remplazan por “fake news”, deja claro que el mundo está ciego a la realidad y que son pocos los que están dispuestos a cambiar las cosas, pero también que una buena acción significa mucho y que nunca se debe perder la esperanza.
Fuente: GQ