El terremoto que afectó ayer al norte chico del país, demostró que la Presidenta Michelle BAchelet tomó nota y corrigió los principales errores que hubo durante el manejo de la crisis del 27F.
La jefa de Estado reaccionó con aplomó , entregó información certera y ordenada, lo que implica que el Gobierno coordinó de manera adecuada al resto de las instituciones a cargo de la emergencia que siguió al terremoto y alerta de Tsunami que fue decretada de manera oportuna y eficiente.
En esta lamentable jornada se ha visto a una ONEMI aplomada y coordinada con el SHOA de la Armada y a ministros de Estado actuando con la serenidad y adecuado manejo de la información proporcionada por los organismos técnicos.
Lo que evidencia este nuevo terremoto es que la autoridad deberá hacer un cambio de giro frente a cómo el país se proyecta y ocupa en el borde costero, ya que –nuevamente- es la zona que sufre los mayores daños por la inundación provocada por el tren de olas (Tsunami) que sigue al sismo.
Coquimbo, es la zona más dañada con olas que alcanzaron los 4.9 metros de altura, confirmó el SHOA y este mismo organismo es el que ha dicho de manera incesante que las llamadas Cartas de Inundación deben ser tomadas en cuenta para evitar justamente los daños que provocan los tsunamis.
Tarea pendiente y urgente reorientar el uso del borde costero para no seguir lamentado daos cuantiosos y pérdidas de vidas.