El abogado, analista político y militante histórico de la UDI, Gonzalo Cordero, realiza un duro análisis de lo que significa el triunfo de la senadora Jacqueline van Rysselberghe, quien será la nueva timonel del gremialismo.
En su columna en La Tercera, Cordero sostiene que el 62% de los votos obtenidos por la legisladora, de un universo que rondó los 7.000 electores, “es una victoria que no puede achacarse a la “máquina”, sino a la fiel voluntad de sus militantes. ¿Qué significa este triunfo? Hay varias reflexiones posibles”.
En ese sentido, expone que la elección entre Van Rysselberghe y el diputado Jaime Bollolio se planteó en un eje que confrontaba el liderazgo tradicional con el de los jóvenes.
“La senadora fue apoyada prácticamente por todas las figuras históricas y, en ese sentido, la conclusión es clara: esos dirigentes siguen siendo quienes convocan e interpretan al grueso de la dirigencia y la militancia”, explica el analista.
Otra mirada de análisis es la disputa entre una reafirmación del carácter conservador de la tienda, ya que “estaba instalado que una candidatura reafirmaba las posturas valóricas como punto central del proyecto y la otra significaba moverse a mayor diversidad. La opción conservadora ganó”.
La confrontación entre la senadora y el diputado también se puede ver entre el eje pasado/futuro, ya que asegura que Van Rysselberghe puso el acento en un discurso positivamente reivindicativo, en volver a la UDI de siempre, a sus valores tradicionales, mientras que “Bellolio, en cambio, miró los desafíos del futuro, en los adversarios de izquierda que se enfrentarán y también en los movimientos de derecha emergentes con los que la UDI disputará su espacio. A los militantes les hizo más sentido la UDI de siempre que la UDI del futuro. A estas alturas ese es un dato”.
Sin embargo, Cordero asegura que la elección interna de la UDI puede ser traducida como una buena lección en muchos sentidos, puesto que se realizó un proceso participativo con una competencia real.
“Recordemos que tradicionalmente una de las mayores críticas que se hacían al partido de calle Suecia era la manera cerrada en que tomaba sus decisiones, esta elección significa un cambio enorme en su cultura, en la manera de hacer política en su interior, que va a impulsar a todos sus dirigentes a un trabajo permanente de contacto con sus militantes. Que haya votado el diez por ciento del padrón es un buen resultado para la primera elección, pero hacia el futuro ese número tiene que subir considerablemente”, menciona.
Además, estima que es positivo que una mujer y de región sea la nueva presidenta del gremialismo, ya que se da la oportunidad de perfilar atributos valiosos como el carácter regional de ella, lo cual permitirá a la UDI construir “un discurso muy potente y de gran profundidad ideológica”.
En cuanto a Bellolio, el candidato derrotado y que el columnista apoyaba, señala que esperaba que el resultado hubiese sido más estrecho, advirtiendo que “la UDI ha perdido capacidad de convocatoria en las universidades y temo que los jóvenes, que se alinearon mayoritariamente con Bellolio, se sientan derrotados y sin espacio para competir con los liderazgos equivalentes de otros partidos. Este es un gran punto que la nueva directiva tiene que abordar. Porque un partido que no convoca jóvenes valiosos no tiene futuro”.