El icónico traje de dos piezas en color rojo que tan representativo es de Jackie Kennedy no falta en el vestuario de la película. Para conseguirlo, la diseñadora Madeline Fontaine tuvo que buscar a algunas de las compañías que hacían las telas para la Primera Dama en 1960, con tal de garantizar la perfección del detalle.
Por supuesto, el traje de Chanel rosa con tocado a juego no podía faltar en esta película. Es casi tan protagonista como la propia Jackie, con su doble botonadura, sus costuras en contraste y las míticas manchas de sangre que fueron fotografiadas hasta la saciedad.
El vestido de satén con el que la Primera Dama acudió a un baile inaugural en 1961 la convirtió en el símbolo de elegancia por la que tantos la admiraban. Incluso si el diseño de Natalie Portman no es exacto al original, sí que se mantiene fiel al estilo de su personaje.
Jackie Kennedy era una experta de los detalles naïve, como lazadas de seda, estampados vichy o colores pastel, que ella adoraba. Esto tampoco falta en la película, basta con ver este maravilloso diseño con lazo a la espalda.
El escote en barco con hombros al aire que la Primera Dama lució el día de su boda quedó grabado en nuestras retinas para siempre. En la película no iba a ser menos, aunque sea con esta variación en negro del diseño original.
Y por supuesto, el traje negro con velo de encaje que Natalie Portman luce en la película es clavado al que llevó Jackie Kennedy en el funeral del Presidente en 1963. De hecho, han tratado de imitar la escena tan bien que hasta los looks de los niños son idénticos, con abrigo abotonado y calcetines a la vista.