Ante las críticas del mundo social contra las políticas económicas neoliberales que se expresan en las demandas sociales como educación, salud y previsión, los defensores del modelo siempre plantearan que lo que la ciudadanía exige no se puede hacer. Aunque parezca soberbio en realidad tienen razón, porque dentro de este modelo es imposible, a lo más son perfectibles para el beneficio de los mismos de siempre que por chorreo llegarían al resto de la población. Entonces para nosotros (Unión Patriótica UPA) y seguramente para el mundo social, lo que debemos hacer es cambiar el modelo.
Para los defensores del neoliberalismo lo principal es mantener al Estado lo más lejos de la injerencia económica, llevar todas las actividades de la vida social a lo individual, donde cada cual compite por obtener lo mejor del sistema. Por eso para ellos las AFPs deben existir, la educación no puede ser pública gratuita y de calidad, los hospitales, consultorios, caminos, puentes, transportes, bosques, la minería, el mar, todo debe ser liberalizado, concesionado y/o privatizado y jamás entenderlos como derechos sociales y menos como bienes que el Estado entrega a la población.
El problema es que este enfoque económico es solo beneficioso para unos pocos y no para las grandes mayorías, ya que convierte derechos fundamentales en simple mercancías de cambio. Nos quieren hacer creer que la oportunidad es un derecho, en circunstancias que la oportunidad de acceso a algo es más bien un acto discriminatorio. Un buen ejemplo de esto se ve en la salud, ya que supuestamente todos tenemos derecho a ella, pero las condiciones en que se nos da la oferta de salud en el país son tremendamente desiguales, transformando la calidad y buena atención, que debería ser inherente al sistema de salud, en una mera oportunidad determinada por el tamaño del bolsillo del individuo.
El derecho a la salud, educación, previsión, vivienda, trabajo, vacaciones, recreación, seguridad civil, desarrollo económico familiar, vivir en un entorno agradable, cuidado del medio ambiente, etc. están fuera del lenguaje de los neoliberales, por eso ellos siempre nos responderán: “es que no se puede hacer”.
Pero el mundo social quiere otra cosa, y desde Unión Patriótica UPA así lo entendemos, por eso planteamos cambiar el paradigma económico imperante en nuestro país.
Necesitamos un modelo económico nuevo, que vea los derechos de las personas como algo central. El desarrollo económico de Chile debe ser armónico con la sociedad, las comunidades, el medio ambiente, el Estado e incluso la iniciativa privada nacional.
Queremos dejar de ser un país al cual el capital extranjero puede venir a depredar como si nada, por eso planteamos recuperar los recursos naturales como el Cobre, el Litio, el agua, el mar, etc. para así tener un Estado sólido y poderoso capaz de impulsar un proceso de industrialización que nos lleve definitivamente al desarrollo. No planteamos volver al modelo ISI (Industrialización por Sustitución de Importaciones) propio de las décadas del 50 al 70 en el siglo XX, sino que un nuevo tipo de industrialización pesada y suntuaria, basada en energías limpias y renovables, capaz de desarrollar energía, tecnología y bienes de consumo.
Si somos dueños de nuestros recursos naturales, tendremos derecho real a la salud, educación, vivienda, previsión, etc. podremos industrializarnos y habrá más trabajo, consumo y una economía sólida capaz de resolver los problemas sociales que aquejan a Chile.
Somos un país con fuentes de riquezas naturales enormes, pero vivimos con la eterna promesa del desarrollo que en más de 35 años de neoliberalismo nos mantiene en el escalafón de países en vías de desarrollo, un status quo inamovible dentro de este modelo en el concierto global.
Chile tiene el derecho a ser desarrollado e industrializarse y no porque una mínima parte de la población se enriquece de verdad vamos a creer que nos conviene, según las “ventajas comparativas”, ser solo primario exportador y dedicado al sector de servicios.
Chile puede y debe industrializarse, darle valor agregado a nuestras materias primas, pero esa labor solo puede impulsarse desde el Estado, lo cual chocha con el actual modelo porque a los políticos y dueños del capital que hoy gobiernan plutocráticamente no les interesa.
Por eso la ciudadanía debe dar un giro en este plano y presionar para que cambie el modelo económico. Si tenemos un Estado fuerte basado en la recuperación de nuestro patrimonio natural podremos impulsar un proceso tal de industrialización que beneficiara a todos.
Esa es la apuesta de Unión Patriótica UPA, por un crecimiento económico con empresas nacionales privadas, estatales y mixtas que permitan refundar la patria e instaurar un nuevo paradigma económico, social político y cultural.
