La imagen de la virgen con el niño Jesús, cuya cabeza desapareció hace un año fue restaurada por Heather Wise, una escultora local fue la encargada de tratar de recomponer la escultura original… con escaso éxito.
Wise ha explicado a Sudbury.com que, cuando vio la estatua decapitada, decidió ofrecer sus servicios al párroco de la iglesia, Gérard Lajeunesse.
«Estaba muy triste. Pensé, ‘¿quién haría esto?’ No es algo bonito de ver. Y me dije, ‘soy una artista, me gustaría arreglarlo'». El párroco aceptó su ofrecimiento y el resultado es… el que es.
Pero Wise está encantada y Lajeunesse, también. La parroquia se ha ahorrado 10.000 dólares en una nueva cabeza, aunque no ha podido evitar las carcajadas de muchos en las redes sociales.