La captura del ex ministro de Hacienda brasileño, Antonio Palocci, se produce este lunes y en la última semana de la campaña electoral a las elecciones municipales del domingo y es un duro revés para el Partido de los Trabajadores (PT), del cual Palocci era considerado un nexo «dialoguista» con el mercado financiero.
La operación «Omertá» lanzada por el juez Moro, quien también lleva adelante un juicio contra Lula, se produjo porque supuestamente habría tomado medidas administrativas que beneficiaron a la empresa Odebrecht, que lo pudo haber sobornado.
Según la Fiscalía federal de la ciudad de Curitiba, la acusación contra Palocci radica en que pudo haber recibido en forma ilegal y no contabilizada para campañas electorales del PT unos 25 millones de dólares.
Palocci fue ministro de Economía de Lula de 2003 hasta 2006 y jefe de gabinete de Rousseff desde 2010 al 2011.
El jueves pasado había sido detenido por cinco horas el sucesor de Palocci en el gobierno de Lula, el ex minsitro de Economía Guido Mantega, acusado de pedirle al empresario Eike Batista donaciones para el PT.
La situación de Palocci tiene que ver con medidas de gobierno, según la fiscalía, como créditos para Odebrecht y la expansión de empresas brasileñas en Africa.
«Esto es un circo. El show debe continuar parece. Las libertades constitucionales han sido secuestradas en el juzgado de Curitiba», dijo el abogado de Palocci, José Batochio, al criticar al juez Moro por su operación.