La foto en cuestión es la portada de Nevermind, el disco que lanzó a Nirvana al estrellato. Y su protagonista es Spencer Elden, cuyos padres eran amigos de Kirk Weddle, el fotógrafo a quien se le encargó la tarea de ilustrar el álbum.
Para celebrar el aniversario número 25 del disco, Elden posó para el fotógrafo Jon Chapple nadando bajo el agua, aunque esta vez usando shorts. «Le dije que quería hacer la foto desnudo pero pensó que sería raro», bromeó el joven en una entrevista con el New York Post.
«Es genial pero extraño haber sido parte de algo tan importante que ni siquiera recuerdo», agregó Elden, quien actualmente es diseñador gráfico y artista plástico, y lleva la palabra «nevermind» tatuada en el pecho.
Como cifra simbólica, Chapple le pagó al joven 200 dólares por la sesión de fotos, el mismo monto que recibieron sus padres cuando protagonizó la tapa de Nevermind, disco que terminó vendiendo más de 30 millones de copias en todo el mundo.