Aviones F-16 arribado a Córdoba acompañados por un KC-135 de la aviación estadounidense (Foto La Derecha Diario).

Por: Richard J Kouyoumdjian Inglis

En algunos círculos chilenos causa preocupación la inversión en capacidades estratégicas en las que están embarcados nuestros vecinos argentinos y peruanos.

Lo que están haciendo, más que un rearme, es una recuperación de capacidades después de años de desinversión o de falta de preocupación por el material y capacidades de la defensa de esos países.

El caso más dramático fue el de la Argentina, país que fue perdiendo las capacidades que tenían en los 80 al punto de prácticamente estar en los huesos. Con el hundimiento trágico del ARA San Juan se quedaron sin submarinos, con patrulleros marítimos franceses modernos, pero pocos buques de su escuadra de combate y fuerza aeronaval operativos, sin aviones cazabombarderos supersónicos, poco o nada en lo que a material blindado se refiere, y con una moral y condiciones labores muy complejas.

Bajo la administración de Milei se inició una recuperación que incluye la compra de 26 F-16 de segunda mano, los que están en buenas condiciones de vuelo y relativamente modernizados.

La recepción de los primeros 6 hace un par de semanas fue parecida a cuando su selección vuelve victoriosa de un mundial.

El saldo llegará en los próximos dos años y por ahora en lo que se refiere a lo aéreo es lo que está planificado. Echar a andar la maquina para operar los 26 no es gratis, implica una buena inversión logística ya que sus bases no estaban preparadas para operar las aeronaves compradas.

En paralelo han recibido ayuda norteamericana para equiparse con aviones de exploración aeromarítima del tipo P-3C, los que se suman a la compra de helicópteros de origen europeo. La flota por ahora está en segunda prioridad ya que en lo naval lo que les importa es volver a tener submarinos.

Están negociando un contrato con Francia por 3 Scorpene, los mismos que tiene Chile. Sería bajo la modalidad de pago a futuro y por varios miles de millones de dólares debido a que serán nuevos.

El ejercito está buscando recuperar sus tanques TAM y recientemente recibió de parte de Estados Unidos una partida de un poco más de 20 vehículos blindados usados a ruedas 8×8 M1126 Stryker, los que ya son un avance, pero insuficientes para sus necesidades, las que están calculadas en un poco más de 200.

Estar cerca de los norteamericanos claramente los ha ayudado en este esfuerzo de reequipamiento, el que si bien es cierto está basado fuertemente en material de segunda mano ya es un avance notable de donde estaban ubicados.

Por otro lado, el Perú está haciendo esfuerzos en lo que a construcción naval se refiere. En este ámbito están siendo apoyados por astilleros de Corea del Sur, con los cuales están construyendo buques logísticos y una primera fragata. La idea es realizar el reemplazo completo de su escuadra y buques de apoyo con construcción naval local en sus astilleros SIMA, con el antes mencionado apoyo coreano, que, de resultar, será usado para renovar su marina completa, incluyendo también su fuerza de submarinos, algo recientemente anunciado por las autoridades navales peruanas y sus socios coreanos.

La fuerza de submarinos está bastante antigua a pesar de haber sido modernizada varias veces, pero llegando al límite de lo que la ingeniería puede hacer para mantenerlos operativos. Su renovación al igual que la de los submarinos chilenos no es algo barato, pero toda marina que se precie de tal los requiere porque dan capacidades estratégicas significativas que sólo los submarinos pueden proveer.

La sociedad con los coreanos incluye la renovación de material blindado y de artillería, lo que aleja a los peruanos de los rusos, proveedores históricos en ese tipo de material. Es un buen ejemplo del realineamiento del Perú en materia de defensa y relaciones exteriores.

La Fuerza Aérea del Perú está cerrando un contrato para comprar F-16 nuevos de última generación, los que podrían eventualmente colocar en riesgo nuestra superioridad aérea si es que no nos aseguramos de que los nuestros se modernicen adecuadamente.

Chile ha gozado por años de una capacidad estratégica en esta materia que nos da tranquilidad y seguridad vecinal. Dejar que Perú se adelante no es algo que queremos.

En conclusión, los esfuerzos que nuestros vecinos están realizando tiene una lógica de recuperación de capacidades perdidas y descuidadas durante años. Eso es algo que no podemos permitir ocurra en Chile, ya que, si lo hacemos, vamos a estar en la posición en que ellos están ahora.

La seguridad de Chile descansa en tener capacidades disuasivas modernas, efectivas y creíbles. Eso aún lo tenemos, pero es algo en lo que debemos invertir. Mantener nuestras capacidades aéreas, blindadas, navales y submarinas debe ser uno de los objetivos estratégicos de la nueva administración.

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