Vista desde La Moneda a la Plaza de la Constitución. (Foto: Infogate)

Por: Richard J Kouyoumdjian Inglis

Con la victoria de José Antonio Kast en la segunda vuelta Chile entró en el ejercicio que tanto le gusta, la elección del gabinete del presidente electo, en donde todos opinan, aparecen voluntarios y opinologos varios. Todos con muy buenas intenciones, pero en muchos casos, no dedicando mucho tiempo a lo que el jefe de gobierno necesita para liderar y administrar el país, y principalmente, resolver las emergencias de seguridad, economía y empleo.

Mucho se discute de la conveniencia de colocar a militares y policías en retiro en posiciones de la alta dirección del gobierno, algo que por un lado tiene detractores que estiman que solo políticos debieran ocupar posiciones ministeriales, de subsecretarias, asesores de alto nivel y embajadas.

Hay quienes, entre los que me incluyo, que opinan distinto. Perfectamente generales, almirantes, coroneles, capitanes de navío, y sus rangos equivalentes en las policías pueden realizar funciones en sus áreas de especialidad o en donde su formación y experiencia sea aplicable. Obviamente asumo que debieran estar en retiro y que en Chile aún no están las cosas para como en la Argentina, colocar al jefe del Ejército Argentino de ministro de Defensa con uniforme.

Cuando pienso en militares y policías en retiro pienso en los ministerios de Relaciones Exteriores en donde se pueden desempeñar de embajadores o de asesores de alto nivel.

Cuando hablamos de la Defensa Nacional, claramente pueden desempeñarse como ministro o subsecretarios, lo que le haría muy bien a esta cartera, la que no ha tenido en años personas que sepan del tema, sino más bien solo administradores o políticos reciclados cuya única experiencia en la materia fue la comisión de defensa de la Cámara o del Senado.

También podrían ser perfectamente empleables en el ministerio de Seguridad Publica, o como directores de la Agencia Nacional de Inteligencia, la de ciberseguridad conforme vengan del mundo técnico electrónico de las fuerzas armadas, habiendo abundancia de ellos en la Fuerza Aérea y la Armada. Porque no también a cargo de la oficina del Asesor de Seguridad Nacional, una nueva posición que los Republicanos y las otras candidaturas todas coincidían en su necesidad.

Obviamente los hay quienes vienen con más olfato político y entendimiento de cómo opera la política y las relaciones entre el ejecutivo y el legislativo, lo cual sería un plus al elegir personas que vengan de lo militar o lo policial, pero no olvidando que si los escogemos es porque necesitamos profesionales bien preparados en las materias antes nombradas, y no los amateurs que era común encontrar en el gobierno del Presidente Boric.

Para cerrar, hay mucho talento en el mundo de los retirados de las fuerzas armadas y de las policías, muchos de los cuales pasaron a retiro muy jóvenes y a los cuales les quedan muchos años buenos por delante, y más importante aún, les quedan ganas y energías por servir a Chile, un país por el cual juraron dar la vida si fuese necesario.

Publicidad