Luego de la interesante réplica de Balbino Katz «Malvinas, Falklands y la mirada chilena: algunas precisiones históricas y jurídicas» al articulo «Falklands – Malvinas: Un conflicto sin resolver y que afecta a Chile«, parto refutando punto por punto:
1.- Malvinas no es un invento argentino
Interesante este punto es que el autor se dedica a la etimología de la palabra de “Malvinas” y no del trasfondo sociológico que tiene el concepto “Malvinas” dentro de la sociedad argentina.
Cualquiera que va a Argentina se da cuenta inmediatamente que “Malvinas” ES un invento argentino, que lamentablemente el mismo autor indica que no tiene ningún sustento legal y jurídico, y por lo tanto solamente existe en las mentes de los argentinos.
Concuerdo que el problema no se va a solucionar en la Corte Internacional de Justicia, sino requiere un profundo tratamiento de otra índole, que esperamos que la sociedad argentina sea capaz de afrontar.
2.- El Tratado Arana–Southern: lo que dice y lo que no dice
Argentina es un país especialista en tergiversar tratados y crear problemas donde no los había. Chile los está viviendo en carne propia al ver el actual problema de la plataforma continental extendida en el mar Austral.
Ese expansionismo argentino e interpretación antojadiza de tratados y convenios es un peligro para todos los países serios, ya que Argentina lamentablemente parece no aceptar a las instituciones multilaterales como la Corte Internacional de Justicia, sino pretende derechamente socavar la estabilidad regional. Eso se ha visto reflejado en las últimas votaciones en Naciones Unidas.
3.- «Ayuda inglesa» en Patagonia y Antártida: un mito conveniente
El autor no puede refutar los hechos, lo cual es bueno. Si los interpreta a su conveniencia.
En el caso de la Patagonia sur es evidente la ayuda mutua Argentina- Reino Unido y se vislumbra en la figura de Luis Piedrabuena, quien hasta tenía una casa e importantes inversiones en Stanley, islas Falklands. Para Piedrabuena las islas siempre se denominaron “Falklands” e hizo muchos negocios, hasta que como buen argentino hizo una estafa, con el naufragio de la barca COQUIMBANA, que llevaba una carga de cobre.
Esta estafa está bien documentada por la empresa aseguradora y demuestra fehacientemente las redes que tejió Luis Piedrabuena en las Falklands en contra de los intereses chilenos.
Pero como los chilenos no les guardamos rencores a nuestros hermanos argentinos una vez expulsado de las Falklands, fue acogido en Punta Arenas.
Para el caso de la Antártica entonces es importante que Argentina declare claramente que la base Orcadas (que cumple 123 años) es la más antigua en la Antártica Británica, dado que como el autor indicó, ellos cedieron el uso de la base pero no la soberanía. Y fue por esta razón que el Reino Unido en 1955 presentó una demanda en contra de Argentina y Chile ante la Corte Internacional de Justicia.
Obviamente que Chile se restó dado que jamás hemos trabajado en conjunto con los británicos, ni en la Patagonia, ni en la Antártica hasta esa fecha, a diferencia de Argentina.
Extrañamente Argentina también no se atrevió a seguir en el litigio, dado que, al igual que en el caso de las Falklands, carece de argumentos jurídicos y legales para demostrar ante la Corte sus “supuestos” derechos antárticos.
4.- La «humillación pública» y la supuesta tradición de pedir permiso
Sin duda que el autor no le gustó mi tesis que Argentina siempre fue un vasallo del Imperialismo británico, pero lamentablemente las evidencias y los hechos duros así lo demuestran.
Es más ahora que están en un período de volver a hacer “Argentina grande otra vez” se nota que no tienen la capacidad de hacer nada por sus propios medios y muestran una excesiva dependencia de potencias extranjeras.
Evidentemente ya no es el Imperio Británico, pero encontraron otro Imperio en donde alinearse, demostrando que si bien la historia no se repite, suele rimar bastante.
5.- La obsesión por la CIJ y la verdadera preocupación chilena
El autor indica que los marcos legales que entrega el derecho internacional y sobre todo la Corte Internacional de Justicia son una “obsesión chilena”.
Lo invito a leer la carta del Canciller de Guatemala, un país que decidió llevar a la Corte Internacional de Justicia un diferendo con Belice (antes parte del Imperio británico) que data del siglo XVIII.
Solamente los países que busca la paz y creen firmemente en el multilateralismo y el derecho internacional están “obsesionados” con la Corte Internacional de Justicia. Nos ha dejado bien en claro que eso NO es lo que busca Argentina.
Conclusiones:
Argentina es un país que históricamente no respeta ni el derecho internacional, ni tratados suscritos ni cualquier documento que no esté manipulado a su favor.
Y como ejemplo claro la llegada de los F-16 tuvo una interesante discusión de fondo de que, si estos aviones servían o no para invadir a las Falklands, siendo que la misma Constitución Argentina es bastante explícita y cito:
“La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme a los principios del derecho internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino.”
Como ya vemos, al carecer Argentina de fundamentos legales y jurídicos sobre las Falklands, el juego es socavar las instancias multilaterales como las Naciones Unidas y buscar la agresión, como ha sido siempre la política expansionista de Argentina.
En todo caso Chile es un país racional, y desde siempre ha estado dispuesto a ayudar a Argentina, como se demostró cuando se acogió en Punta Arenas a Luis Piedrabuena luego de la estafa perpetrada en las Falklands.
Y otra vez Chile está dispuesto a ayudar a Argentina, pero ya las condiciones necesariamente van a tener que cambiar.







