viernes, diciembre 20, 2024

La división global entre una vida más larga y una buena salud

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Personas de todo el mundo viven — pero no necesariamente más saludables — una vida más larga, según la investigación de Mayo Clinic. Un estudio con los 183 países miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS)  ha hallado que estos años adicionales de vida están cada vez más asociados con enfermedades. Esta investigación realizada por los Dr. y Ph. D. Andre Terzic y Armin Garmany registra un aumento de la diferencia entre la esperanza de vida y la esperanza de salud. El artículo está publicado en JAMA Network Open.

«Los datos muestran que las ganancias en longevidad no acompañan los avances equivalentes a una longevidad saludable. A menudo, envejecer significa más años de vida cargados de enfermedades«, explica el Dr. Terzic, autor principal del artículo. «Esta investigación tiene importantes implicaciones prácticas y políticas, llamando la atención sobre una amenaza creciente para la calidad de la longevidad y la necesidad de reducir la diferencia entre la esperanza de salud y la esperanza de vida.

El Dr. Terzic es director de la Fundación Marriott Family, del Programa Integral de Medicina Regenerativa Cardíaca del Centro para Bioterapéutica Regenerativa en Mayo Clinic y Profesor de Investigación Cardiovascular en la Fundación Marriott Family en Mayo Clinic.

La diferencia entre esperanza de vida y esperanza de salud es la más grande en los EE.UU.

La esperanza de vida, o longevidad, aumentó de 79,2 a 80,7 años en las mujeres y de 74,1 a 76,3 años en los hombres entre los años 2000 y 2019, según estimaciones de la OMS. La esperanza de salud describe la cantidad de años que una persona vive una vida saludable, activa y libre de enfermedades. Sin embargo, el número de años que estas personas vivían de manera saludable no aumentó de manera correspondiente. La diferencia promedio global entre la esperanza de vida y la esperanza de salud fue de 9,6 años en 2019, el último año de estadísticas disponibles. Eso representa un aumento del 13% desde el año 2000.

Los EE.UU. registró la más grande diferencia media entre la esperanza de vida y la esperanza de salud del mundo, con estadounidenses viviendo, en promedio, 12,4 años con alguna discapacidad o enfermedad. Este aumento de 10,9 años en el año 2000 ocurrió mientras los EE.UU. también registraban el índice más alto de enfermedades crónicas. La salud mental, los trastornos por uso de sustancias y las afecciones musculoesqueléticas fueron los principales contribuyentes a la enfermedad a nivel nacional.

Además, el estudio encontró una diferencia del 25% entre hombres y mujeres a nivel mundial. En los 183 países encuestados, las mujeres experimentaron una diferencia de 2,4 años más entre la esperanza de vida y la esperanza de salud que los hombres. Los trastornos neurológicos, musculoesqueléticos, urinarios y del tracto genital han contribuido al aumento de los años de mala salud entre las mujeres.

«El crecimiento global de la diferencia entre la esperanza de salud y la esperanza de vida apunta a la necesidad de una transición acelerada a sistemas de atención proactivos centrados en el bienestar», dice Armin Garmany, autor principal del artículo y estudiante de M.D./Ph.D. en Mayo Clinic Alix School of Medicine y en Mayo Clinic Graduate School of Biomedical Sciences. «Identificar los factores que contribuyen a la diferencia singular de cada región puede ayudar a basar las intervenciones específicas en la atención a la salud de cada país y región.»

 

Investigación sobre la esperanza de salud

El equipo de investigación de Mayo Clinic estudió las estadísticas del Observatorio Mundial de la Salud de la OMS. Ese estudio transversal proporcionó datos sobre la esperanza de vida, la esperanza de vida ajustada a la salud, los años vividos con alguna enfermedad y los años de vida perdidos entre los Estados miembros. La diferencia entre la esperanza de salud y la esperanza de vida de cada Estado miembro se calculó restando la esperanza de vida ajustada a la salud de la esperanza de vida.

El equipo de investigación recomienda una investigación adicional de las características demográficas, de salud y económicas para definir mejor los patrones de las enfermedades que están dando forma a las disparidades entre la esperanza de vida y la esperanza de salud. El financiamiento para el artículo fue proporcionado por la Fundación Marriott Family , por los Institutos Nacionales de Salud y por el Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales.

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