El embajador de Argentina en Chile, Jorge Faurie, destacó este miércoles la necesidad de coordinar un trabajo conjunto de cara a la Antártica, en especial considerando la presión de los países del hemisferio norte hacia los recursos del Continente Blanco.
El diplomático fue uno de los panelistas de la jornada matinal del seminario «40 años del Tratado de Paz y Amistad: Un hito que consolidó la cooperación entre Chile y Argentina«, organizado por el Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad de Chile, el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Embajada trasandina en nuestro país.
En ese marco, el embajador del vecino país se refirió a las complejidades que se viven en el Hemisferio Norte a causa de la gran cantidad de conflictos, y las crecientes demandas por agua y alimentos, ante lo cual subrayó que la Antártica jugaría un papel fundamental en los próximos 40 años.
Frente a ello, hizo hincapié en que «la puerta a la Antártida se llama Argentina y Chile. Por lo tanto, tenemos que trabajar en conjunto, tener una mirada conjunta de qué vamos hacer ante estos actores que van a bajar sin restricción alguna buscando su propia satisfacción, cómo se tienen que comportar, cómo tienen que actuar y nosotros ser reguladores de esa riqueza en particular que va a ser extremadamente».
Reiteró, seguidamente que «por eso es en que la mirada del papel que tienen que jugar Argentina y Chile es extraordinario que estemos muy muy compenetrados y compartir«.
Faurie, junto al embajador chileno en Buenos Aires, José Antonio Viera-Gallo, se refirieron además, a la integración bilateral basada en políticas comerciales complementarias, integración económica y conectividad vial y ferroviaria, como también al acercamiento político logrado en estos 40 años. En este último contexto, el diplomático argentino comentó que «obviamente, cada país tiene por detrás el peso que le pueden dar su economía, su poderío militar, lo que fuera, pero el negociador es fundamental y en eso los diplomáticos realmente tenemos un rol a cumplir muy claro para poder pasar muy bien el mensaje y, pasándolo, poder apuntar a cuáles son las cuestiones en las que tenemos realmente una coincidencia».
Recordó seguidamente que «yo serví 30 años atrás (en Chile) y era muy difícil pasar los puntos que le interesaban a Argentina, porque era la época del Presidente Pinochet, que tenía una mirada diferente en muchos puntos, generaba coincidencias, pero no era fácil», añadiendo que «hoy, mi trabajo como embajador, 30 años después, está sumamente facilitado porque la mirada que tenemos es relativamente coincidente«.
