Mientras en Chile el despliegue de efectivos de las Fuerzas Armadas en ciudades -siguiendo estrictos protocolos- aún sigue debatiéndose en el Congreso, en Perú comenzó el despliegue de unidades militares en Lima, la capital del país, ello luego que el Gobierno del vecino país decretara el Estado de Emergencia para enfrentar la imparable ola de asesinatos por encargo, extorsiones y asaltos en casi toda la ciudad, la mayor del país y una de las más grandes de Latinoamérica.
Dicha decisión fue adoptada para responder a la paralización de actividades que impulsó el poderoso gremio de transportistas, que reclamaba una urgente protección ante las amenazas de las bandas delictuales que han acabado con la vida de varios conductores y pasajeros, especialmente en la periferia de la metrópoli.
Fue así como una de las primeras unidades en ser desplegada en las calles fue la Primera Brigada de Fuerzas Especiales del Ejército, en el distrito de Villa el Salvador, uno de los más extensos y populosos al sur de la ciudad.
En tanto, la Marina de Guerra movilizo efectivos de la Infantería de Marina en el distrito de Ventanilla, al noroeste, que pertenece a la región Callao pero que colinda con otras áreas de Lima, consideradas de alta peligrosidad.
En total son 14 de los 42 los sectores capitalinos que inicialmente han quedado bajo control de las Fuerzas Armadas, en apoyo a la Policía Nacional del Perú (PNP), que parece haber sido superada por la agresividad y osadía de los criminales.
De acuerdo a estadísticas oficiales, más de 12 mil extorsiones han sido denunciadas en lo que va del año, llevando a un nivel crítico de desesperación a la población, especialmente a los comerciantes, que han reclamado repetidamente la salida de los militares para luchar contra los delincuentes.
Sin embargo, los críticos al Gobierno resaltan el poco impacto real de la estrategia, pues estiman que los criminales se moverán a otros distritos que todavía no están bajo las medidas de control, por lo que el patrullaje mixto militar-policial dará escasos resultados.
No es la primera vez que ocurre tal situación, pero sí en Lima, pues anteriormente la medida se aplicó en algunas regiones del norte peruano, sin resultados tangibles y generando desgaste en las Fuerzas Armadas.
