domingo, diciembre 22, 2024

Faro Evangelistas 128 años marcando la Soberanía Chilena en el Estrecho de Magallanes

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Construído en una roca en la boca oriental del Estrecho de Magallanes,
Faro “Islotes Evangelistas” cumple 128 años guiando a los navegantes,
superando las condiciones meteorológicas extremas, con rachas de
vientos de hasta 300 kilómetros por hora y tormentas que parecen
permanentes.

El 18 de septiembre de 1896, encendía su fanal uno de los faros más aislados y complejos existentes en el mundo, parte de una historia mayor llena de capítulos de sacrificios que aún se continúan escribiendo, llamando iluminando con su luz a los navegantes que ingresan o salen de una de las rutas marítimas más importantes del mundo.

El Faro “Islotes Evangelistas”, o “La Roca” como le llaman los
fareros, es fiel reflejo del triunfo de la voluntad y la audacia de
los hombres, quienes superando inhóspitas condiciones han escrito una
historia que cruza ya tres siglos, y sigue iluminando a navegantes y
protegiendo a aquellos que surcan las complejas aguas oceánicas de las
latitudes australes, en donde diferentes tecnologías han sido
implementadas a través de los años, manteniéndose en aquellas gruesas
murallas miles de historias de dotaciones que han servido en su
interior, primero llegando en chalupas balleneras, posteriormente
botes zodiac y hoy en día por medios aeronavales, en períodos de
aislamiento que consideran entre 4 a 5 meses.

Las condiciones meteorológicas en aquel peñón son extremas,
registrando un promedio anual de precipitaciones de 2.000 a 3.000
milímetros, vientos sobre los 120 kilómetros por hora con rachas que
han registrado los 300, temperaturas a veces inferior a los -15 grados
Celsius y temporales con olas que superan los 20 metros de altura.
Bajo este escenario, opera sin descanso ni receso y es mantenido por
cuatro fareros casi en total soledad, siendo el valioso registro
meteorológico reconocido por la Organización Meteorológica Mundial,
siendo una de las estaciones de registro centenarias.

Los estudios de su construcción los comenzó en diciembre de 1892 el
Teniente 1° Baldomero Pacheco, quien al mando del Escampavía “Cóndor”
definió el lugar más apropiado en los Islotes Evangelistas a través de
un detallado informe que el entonces Gobernador de Magallanes, Capitán
de Navío Manuel Señoret, remitió a las autoridades nacionales junto a
la recomendación de realizar la obra a la mayor brevedad.

El hombre a cargo de concretar esta tarea fue el ingeniero escocés
George Slight, quien viajando a la zona de los islotes a bordo del
vapor “Potosí” a principios de mayo de 1894, registró en su diario lo
siguiente: “nunca me hubiera imaginado ver algo tan agreste, salvaje y
desolado, como esas rocas oscuras emergiendo en medio de las
embravecidas olas. Ver estos peñones borrascosos era realmente
sobrecogedor. Con una tenue claridad en el horizonte se podía ver
grandes olas rompiendo fuertemente en la parte oeste de los islotes.
Una visión que difícilmente alguien pueda imaginar”.

Ya el 25 de mayo de 1894, los ingenieros Slight y Luis Ragosa
inspeccionaron personalmente el islote para, en abril del año
siguiente, empezar a trabajar junto a un equipo. Primero se construyó
un estanque de captación de agua, se abrió un camino en la roca y se
instaló un pescante (grúa de operación manual) en el costado del
acantilado por donde se izarían los bultos y materiales, siendo
acondicionada una pequeña cueva existente para guardar material y
almacenar provisiones.

El 7 de noviembre de 1895 se izó la bandera chilena y fue colocada la
primera piedra de la torre del faro. En una piedra labrada se depositó
una caja de plomo que contenía monedas chilenas e inglesas, más un
acta firmada por Slight, Ragosa y algunos obreros. Para mayo de 1896,
la torre de 13 metros estaba terminada y lista para recibir el fanal,
el cual fue instalado el 30 de agosto. Finalmente el 18 de septiembre
de 1896 se encendió el faro por primera vez, siendo las naves
“Iberia”, de la Pacific Steam Navigation Company, y “Menes”, de la
naviera alemana Kosmo, las primeras en ver su luz el 20 de septiembre
de 1896.

Hoy el Faro “Islotes Evangelistas” continúa iluminando a los
navegantes y sigue siendo el lugar donde hombres y mujeres, al
servicio de la Patria, dejan en claro el compromiso de nuestro país
con la ayuda a la navegación, manteniendo una densa red de boyas,
balizas y faros con el objetivo de salvaguardar la vida humana en el
mar.

Diversos especialistas en Faro, sostienen que “la Roca tiene algo que
te hace querer volver, a pesar de lo inhóspito y desolado del
paisaje”, afirmando muchos de estos bravos servidores que “quién no ha
estado en Evangelistas…no puede decirse farero”.

A 128 años del inicio de aquella historia nos recuerda el incesante y
silencioso trabajo, sin descanso, que miembros de la Armada de Chile
realizan en los lugares más aislados de nuestro Territorio Nacional,
contribuyendo al desarrollo nacional y resguardando la seguridad,
efectuando soberanía efectiva, ejemplo palpable de la vocación
marítima de nuestra Patria y una historia que se escribe entre viento,
mar y soledad en una roca en medio del mar.

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