- La población chilena sigue la tendencia mundial de reducir su consumo de carne y alimentos derivados de animales, lo que se contradice con propuestas legislativas que han causado controversia en el Congreso, como la Ley que prohíbe el uso de términos cárnicos a productos de origen vegetal o el boletín 16131-01, actualmente en Cámara de Diputados, que busca restringir cómo se promocionan o denominan los alimentos a base de vegetales.
Un 46% de las chilenas y chilenos manifiesta que ha intentado disminuir el consumo de alimentos de origen animal, según el Estudio de Opinión Pública: Alimentación y Productos de Origen Animal de Ipsos junto a Fundación Veg. Frente a la pregunta de por qué han intentado reducir la ingesta de alimentos de origen animal, el 31% dice que es por razones relativas a la salud, un 14% alude al precio que tienen y un 13% asegura que es por el bienestar de los animales.
A nivel mundial, el mercado de alimentos de origen vegetal observará un crecimiento significativo según un nuevo informe de Meticulous Research, que indica que alcanzará los 113.000 millones de dólares para el 2031. Y según un análisis de mercado de Euromonitor un 23% de las personas quiere reducir o limitar su consumo de carne: “Seguir una alimentación basada en plantas, o reducir el consumo de alimentos de origen animal, es mucho más que una tendencia. El crecimiento de la demanda por este tipo de alimentos es transversal en el mundo y las razones son diversas, pueden estar asociadas a la salud o al cambio climático, pues una dieta de origen vegetal reduce el riesgo de enfermedades cardíacas en un 32%, y puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 70%” indicó Ignacia Uribe, Directora General de Fundación Veg.
A pesar de esta tendencia mundial y nacional, a nivel legislativo Chile parece remar contra la corriente, pues el pasado mes de marzo de este año se aprobó la Ley que prohíbe el uso de términos cárnicos a productos de origen vegetal, y este martes 10 de septiembre, se encuentra en tabla para discusión en la Cámara de Diputados, el proyecto de ley que busca restringir a la industria Foodtech basada en vegetales del país.
El boletín número 16131-01, de autoría de los diputados Harry Jürgensen (Independiente), Miguel Ángel Calisto (Independiente), Felipe Donoso (UDI), Cristóbal Urruticoechea (Partido Republicano), entre otros, tiene como fin restringir las posibilidades de promoción, denominación y publicidad de aquellos productos alimenticios cuya composición no contienen derivados de animales y que han sido desarrollado en base a tecnología o innovación, bajo argumentos como conflictos con la industria cárnica tradicional, confusión de los consumidores al adquirir este tipo de productos, y que no hay data suficiente del impacto ambiental de esta industria.
Durante la discusión del proyecto de ley en la Comisión de Agricultura, diversas intervenciones hablaron en contra del avance de la iniciativa, entre ellas Diego Varela, Secretario Ejecutivo de la Asociación Chilena para la Calidad e Inocuidad Alimentaria (ACHIPIA) indicó que “la legislación y regulación nacional existente está lo suficientemente preparada para asumir los desafíos que presentan las nuevas tecnologías en producción de alimentos”, y Eduardo Ramírez, Jefe del Departamento de Políticas Sectorial de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) manifestó que “El desarrollo de los sistemas alimentarios y de los agricultores no es un objetivo contradictorio con el desarrollo de una industria de alimentos basadas en herramientas tecnológicas o de inteligencia artificial. Para el Ministerio de Agricultura los sistemas alimentarios son una síntesis entre la tradición y la modernidad. Por tal razón, la Cámara debiera tener una visión de futuro en este ámbito que, por un lado, proteja la agricultura en su base más tradicional, pero, por otro lado, no cierra las puertas a innovaciones importantes para la competitividad sectorial”.
La iniciativa ya presenta 3 indicaciones, modificando conceptualización restrictiva, y sugiriendo conceptos más apropiados para la lógica del boletín por el diputado Félix González, y las diputadas Joanna Pérez y Consuelo Veloso.
Desde la industria, la iniciativa ha levantado preocupación: “El proyecto propuesto afecta directamente la competitividad de empresas Foodtech y de innovación alimentaria, en emprendimientos como en grandes empresas. La discusión se basa en una etiqueta peyorativa que va a dejar mayormente a las empresas Foodtech en una desventaja frente al mercado. Proponemos que la discusión hoy se centre en promover una industria de tecnología alimentaria robusta, que genuinamente busca colaborar y ser un actor positivo en la industria de alimentos de la que todos somos parte” Indicó Felipe Aldunate, Chief Partnerships Officer de Done Properly.
“La agricultura celular representa una revolución en la producción de alimentos, ofreciendo una alternativa sostenible a la ganadería tradicional que puede reducir significativamente el impacto ambiental, garantizar la seguridad alimentaria, y responder a las crecientes demandas de los consumidores por productos éticos y saludables. Una regulación equilibrada es esencial para fomentar la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías en la industria alimentaria. El Proyecto de Ley 16131-01, tal como está planteado, podría limitar el avance de industrias emergentes como la agricultura celular y otras tecnologías denominadas comúnmente como Foodtech, que son vitales para el futuro de nuestro país” añadió Kris Blanchard, CEO-Luyef Biotechnologies.
El proyecto se compone de 5 articulados, donde el primero establece la definición de Alimentos Simulados: “aquel producto alimenticio cuya composición no contiene productos derivados de animales pero dada las técnicas empleadas para su elaboración muestran una apariencia, sabor, textura y olor similar o idéntico a productos derivados de animales” y puede ser revisado en la página web del Cámara de Diputados.