Las remesas, o transferencias de dinero que los migrantes realizan directamente a sus familias o comunidades de origen, han aumentado progresivamente en los últimos años, debido a que según cifras de ONU Migración, 1 de cada 30 personas en todo el mundo ha debido abandonar su país natal por razones políticas, económicas o sociales.
Chile no es la excepción. La cantidad de extranjeros que residen regularmente en el país se ha duplicado, pasando de un 4,1% en 2017 a 8,2% en 2022. En cuanto a la subdivisión, los ciudadanos provenientes de Venezuela representan un 33% de la población migrante en Chile, los peruanos un 15%, colombianos un 12% y haitianos un 11,4%, de acuerdo al Servicio Nacional de Migraciones con cifras de 2024.
Considerando que por cada remesa que un inmigrante envía a su país de origen, se genera una fuente de ingresos que ayuda a reducir la pobreza, mejorar el bienestar y además, contribuye a la estabilidad financiera de los gobiernos al fomentar el consumo, el ahorro y la inversión, ¿Cuál es el perfil de quiénes envían remesas desde Chile? ¿Cuáles son sus ocupaciones? ¿Para qué fines se utiliza este dinero?
Atilana Piñon, co fundadora y CEO de Retorna, startup que permite realizar envíos de dinero al extranjero de forma rápida y segura, contando con operaciones en Chile, Colombia y Perú como países de origen de las remesas hacia el resto de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, explica que, de acuerdo a su base de datos de usuarios de fines de 2023, existe varias características comunes entre quienes realizan este tipo de transacciones.
“En primer lugar, el 53% de quienes envían remesas desde Chile son mujeres con una edad que bordea los 39 años. En promedio, llevan 5 años viviendo en el país y una gran mayoría (96%) son venezolanos. En cuanto a sus profesiones, 50% declara tener educación universitaria o de postgrado, y el resto corresponde a personas con educación media completa (14%) o técnicos (16%)”, detalla.
Las principales comunas de residencia son Santiago Centro, Independencia y Estación Central y un 72% trabaja como dependiente (con contrato), desempeñándose en áreas como administración, analítica, tecnología, conserjería, seguridad, etc.
En tanto, el 40% de los migrantes envían dinero de forma mensual a Venezuela, y los principales destinatarios de estos montos suelen ser los padres y/o hermanos, además del ítem “pago de servicios”. Entre las principales razones para utilizar las remesas destacan la ayuda a familiares en gastos generales, gastos médicos, mejorar las condiciones de vida y costear pagos educativos familiares.
Por esta razón, Atilana Piñon apunta a la necesidad de contar con plataformas de pago que faciliten el envío de las remesas y no castiguen a las personas con altos cobros en las comisiones o lentitud en el proceso. “Hoy el mundo es cada vez más global y muchas personas deben salir de sus países por necesidad, estudios o intereses profesionales. El dinero es fundamental para vivir y el tema financiero no puede ser un impedimento para tantas personas, es vital contar con soluciones de pago automatizadas y personalizadas y que se adapten a las necesidades específicas de cada usuario, ofreciendo una experiencia de usuario mejorada y más eficiente”.
Venezuela: gran mayoría
Con una masiva presencia en el país, especialmente en la zona centro, los envíos de remesas desde Chile a Venezuela han tenido un notorio crecimiento.
En el caso específico de los venezolanos, un 54% corresponde a mujeres con una edad promedio de 34 años. Más del 50% lleva más de 5 años como residente en el país y el 91% vive en Santiago Centro, Estación Central y San Miguel. Sus ocupaciones son variadas, pero un 15% declaró trabajar como vendedores.
Un 95% declaró haber dejado familiares en su país de origen, siendo los principales padres, hermanos y amigos cercanos. Por esta misma razón, 8 de cada 10 envía dinero, principalmente a sus padres y de forma mensual, para ayudar con los gastos generales, pagos médicos, mejorar las condiciones de vida o cubrir emergencias.
“Considerando la enorme cantidad de migrantes en todo el mundo y los fines para los que usan el dinero, es imperativo seguir trabajando en impulsar sistemas y plataformas de envío de remesas que eliminen las trabas y promuevan la inclusión financiera global”, concluye.