Al inicio de su intervención en el Patio de Las Camelias, el Mandatario chileno le dio la bienvenida al «presidente, compañero y amigo» Lula, destacando la numerosa delegación que «demuestra la importancia que le da Brasil a Chile», haciendo hincapié en que aceptaba la invitación a visitar oficialmente dicho país en abril del próximo año.
Sobre el diálogo bilateral, reveló que «conversamos mucho respecto a integración: muchas veces las palabras se las lleva el viento, por eso es importante que seamos capaces de concretar y lo que hablamos con el presidente Lula es que queremos, durante nuestros mandatos, concretar instancias de integración reales«, en especial destacando el caso del Corredor Bioceánico entre el sur de Brasil y el norte de Chile el cual, dijo, ambos esperan que se inaugure bajo sus mandatos.
Por otra parte, hizo hincapié en que la conferencia abordaba solo de la «amistad histórica» entre ambos países: «esta visita se trata sobre la relación Chile-Brasil. Sé que puede haber muchas preguntas respecto a otros temas. Y respecto a otros temas de contingencia nacional y otros de contingencia regional e internacional, en particular la situación de Venezuela, yo particularmente me voy a referir mañana en la tarde«.
Boric concluyó agradeciendo a su par brasilero, «por esta visita, el cariño, tu experiencia, tu trayectoria y la voluntad de compartirla, para poder aprender y tomar una posta larga respecto a la preocupación por los más desposeídos, por la integración de nuestros pueblos y por construir una izquierda y un progresismo que sean democráticos, y que siempre, a todo evento, respete y haga respetar los derechos humanos en cualquier lugar«.
Al igual que el Presidente chileno, Lula evitó referirse a la situación venezolana.
En cambio, le prometió a Chile «una nueva era» de relaciones bilaterales, para dejar atrás lo que calificó como «apagón diplomático» que vivió su país bajo su predecesor Jair Bolsonaro, durante el cual -a juicio del líder del Partido de los Trabajadores- el gigante sudamericano sufrió «un retroceso muy grande» y «había olvidado el sueño de la integración».
En ese sentido destacó que «dicen que los países no tienen amigos, que tienen intereses. Ese no es el caso nuestro: con Chile mantenemos una amistad sin límites, una alianza diversa y amplia. Por eso decidimos hacer del 22 de abril, fecha en que establecimos nuestras relaciones diplomáticas en 1836, el Día de la Amistad Brasil-Chile. Nuestra relación bilateral tiene vocación regional y global».
«Estén seguros de que nosotros no seremos como antes. Queremos más para el beneficio de los chilenos y de los brasileños. Lo que queremos construir es una relación plena en la que no haya dudas, y que cualquier divergencia pequeña no perjudique los acuerdos importantes», prometió
Además, Lula alabó que el Partido de los Trabajadores que lidera es uno «que celebra la diversidad todos los días«, tanto en Brasil como «en la política externa, (pues) cada país tiene su cultura, sus intereses… No queremos que todo el mundo piense igual, somos diferentes y eso es maravilloso, porque la diferencia nos permite encontrar similitudes».