El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) pidió al Estado de Chile adoptar medidas urgentes que permitan garantizar entornos seguros a niños, niñas y adolescentes, luego de lo ocurrido el fin de semana en la comuna de Quilicura donde fueron asesinados cuatro menores de edad.
UNICEF también condenó los reiterados hechos de violencia en contra de menores, quienes han resultado muertos o heridos durante lo que va corrido de este año.
En ese sentido, el organismo reiteró que “el Estado debe ser efectivo en la protección de la niñez y ello también implica garantizar entornos libres de violencia. No se puede normalizar la muerte violenta de un niño, niña o adolescente”.
De esta forma, señala que Chile aún está a tiempo de revertir esta tendencia y evitar que el homicidio sea la principal causa de muerte de adolescentes, como sucede en otros países de la región.
“Chile ha avanzado en muchos ámbitos relacionados con la niñez, como la reducción de la mortalidad infantil, la creación del Chile Crece Contigo, la implementación de un potente programa de vacunación; no puede ser que la vida de esos niños y niñas luego se pierda en la adolescencia”, plantea la UNICEF.
En opinión de la entidad, junto con medidas preventivas, el país “debe atacar las causas estructurales de la vulnerabilidad a la violencia, entre ellas, la pobreza”.
Según la encuesta CASEN 2022, un 43% (53% para el caso de la R.M) de los hogares con niños, niñas y adolescente en Chile ha vivido o presenciado balaceras en su entorno residencial.
“Esta información muestra el contexto de extrema vulnerabilidad donde muchos niños, niñas y adolescentes crecen y se desarrollan. Pero también evidencia la deuda que tiene el país con este grupo de la población, a quienes debe garantizar su desarrollo y supervivencia”, precisa.
La Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por Chile en agosto de 1990, y la Ley que crea el Sistema de Garantías establecen que el Estado debe contar con mecanismos que permitan proteger de manera efectiva a niños, niñas y adolescentes de cualquier forma de violencia.
“No es aceptable que niños, niñas y adolescentes, realizando sus actividades cotidianas en sus propias comunidades, resulten muertos o heridos”, menciona.