Recorrer los cerros y la típica fisonomía de la ciudad puerto de Valparaíso es siempre una sorpresa. Cambia dependiendo de los ojos con que miremos cada rincón. Porque no es lo mismo ser vecino, turista o una persona ávida por explorar y empaparse de lo que sus colores y expresiones gráficas expresan.
En un breve recorrido por la ciudad es posible encontrarse con imágenes icónicas como las de INTI, Mr Papillon o Charquipunk, que asombran a visitantes nacionales y foráneos, muchos de los cuales transitan de la mano de tours especializados en la temática.
¿Qué hace que los grafitis de Valparaíso sean tan valorados? “En Valparaíso los grafitis de por sí están muy vinculados a la arquitectura de donde se plasman y encontramos, por ejemplo, mucha expresión de grafitis en sus clásicos, como son los peldaños de sus escaleras infinitas realizadas por toda la lógica de los cerros. Ello hace que sea muy interesante ver cómo se aprovechan las circunstancias de una ciudad en relación a una manifestación visual como el grafiti”, destaca Marcelo Uribe, docente de Comunicación Visual de la Escuela de Diseño Gráfico de la Universidad del Pacífico.
El experto señala que el material gráfico que puede observarse en Valparaíso es único, ya que es una gran ciudad con mucha oferta cultural, a diferencia de lo que pasa en sectores poco urbanizados o marcadamente rurales. “El valor cultural de los grafitis se manifiesta en su riqueza plástica y en su impacto en el paisaje urbano, pero además en el intenso trajín que los grafiteros tienen en su producción y en su trabajo colaborativo, tendiendo puentes de un país a otro. Algunos grafitis en Valparaíso han sido elaborados por colaboraciones de chilenos con franceses, españoles, peruanos, etc. Estos mismos grafiteros extranjeros luego invitan a los referentes nacionales a sus respectivos países. Este intercambio podría ser un gran generador de cultura”, señala el académico de la Universidad del Pacífico.
Pero, ¿qué tan relevante es esta expresión artística en relación a grafitis de otras ciudades extranjeras? “Eso es difícil de juzgar. De todos modos, y basándome en el pensador francés Jean Baudrillard, que decía que la imagen contemporánea se caracterizaba por ser promiscua, ubicua y contaminante como un virus, creo que en ese sentido el grafiti es una expresión más de las imágenes en las grandes urbes, vinculando plástica, urbanidad, marginalidad, todo lo cual se ha ido legitimando desde el dominio de las marcas y desde una discursividad política más abierta a reconocer expresiones de distinta naturaleza como arte”, indica Marcelo Uribe.
Muchas personas se preguntan qué diferencia a un simple rayado de un grafiti como expresiones artísticas, y la respuesta parece estar en la estética. “A mí me parece que la diferencia es a partir de su indudable dominio plástico. Muchos de los grafitis que se ven en Valparaíso ya no se presentan como grafitis, de hecho, para no generar la vinculación errónea con el rayado de espacios públicos con intenciones de legitimación social o política. Mucho del trabajo visual que se aprecia en las grandes urbes (Banksy es un ejemplo) se enmarcan hoy dentro del llamado ‘street art’, que es un arte de la calle que tiene como objeto ser visto, degustado, leído, etc. Y aunque pueda tener un fuerte componente político, pareciera ser que su primera forma de interacción con el paisaje es de carácter estético. Si a eso lo podemos llamar arte, no sé. Es un tipo de juicio demasiado grande que nuestra posición de diseñadores gráficos no está ni cerca de hacer. No le corresponde”, plantea el docente.
De todas maneras es tal la relevancia de estas manifestaciones artísticas, que se han convertido en visita obligada para estudiantes de carreras relacionadas. “El ver la obra de estos grafiteros ayuda a los estudiantes en el manejo y conocimiento de una visualidad cada vez más presente en las ciudades, que incluso ha hecho que las grandes marcas comiencen a apropiarse de eso, a través de patrocinios y auspicios”, comenta el profesor de la Escuela de Diseño Gráfico de la U. del Pacífico.
Por otro lado, el especialista asegura que conocer este tipo de expresión es fundamental, porque un diseñador trabaja con la creatividad y ella requiere de influencias. “La creatividad es lo opuesto a la concepción de la originalidad, que es sacar algo de la nada. Porque la creatividad tiene que ver con un trabajo metódico relacionado con sacar de otro lugar, de combinar y transformar. Entonces ir a una ciudad como Valparaíso, lo que se hace es generar influencia en los estudiantes. Los empapa de una experiencia arquitectónica y urbana, que es muy distinta a la que encontrarán en Santiago o si lo hicieran observando con ojos de turista común y corriente”, concluye el docente de la Universidad del Pacífico, Marcelo Uribe.
