Momentos de tensión se viven en el puerto de Lampedusa, Italia, donde agentes de la Guardia di Finanza intentan contener a cientos de inmigrantes que piden abandonar el muelle. Los agentes también realizaron una carga relámpago contra los migrantes que intentaban romper el cordón y salir de la zona, reporta un cable de la agencia ANSA.
La crítica situación derivada por la llegada de 6.762 inmigrantes, ha puesto en jaque la ciudad y a toda la infrestructura de asistencia humanitaria a cargo de la Cruz Roja.
El ayuntamiento de Lampedusa ha proclamado el «estado de emergencia» tras la oleada de desembarcos de inmigrantes en la isla en las últimas horas. Así lo anunció el alcalde Filippo Mannino, reporta el Corriere della Sera.
Los mayores momentos de tensión entre los inmigrante, la policía y los funcionario de asistencia, se dio al momento de la entrega de comida lo que provocó una verdadera estampida que tuvo que ser controlada por los agentes del orden.
El alcalde de Lampedusa y Linosa, Filippo Mannino, en declaracionres al Corriere señaló: «La presión de los inmigrantes es muy fuerte, el hotspot se está derrumbando, las infraestructuras de la isla están en grandes dificultades. Es urgente la ayuda del gobierno, el envío de barcos y aviones para llevar ayuda a un contexto que corre el riesgo de volverse explosivo. Hemos pedido tener dos barcos permanentemente en el puerto para que puedan atender el transbordo diario de inmigrantes al continente. La isla ya tiene importantes deficiencias de infraestructura propias; si a ellas les sumamos un impacto diario creciente, corremos el riesgo de una implosión. También nos preocupa la negativa de países como Francia y Alemania a aceptar cuotas de inmigrantes. Europa no puede abandonarnos a nuestra suerte«.
Por su parte el párroco de Lampedusa, don Carmelo Rizzo con dramastismo dijo: «Estamos en el nivel trágico, dramático, apocalíptico. No sabemos qué hacer. Aquí no hay agua, falta de todo, también hemos abierto los salones parroquiales para acoger a los inmigrantes, pero siguen llegando a un ritmo cada vez mayor. Hay confusión y amargura, una temporalidad que desarma y aniquila; Las fuerzas policiales luchan por mantener a la multitud de inmigrantes bajo el sol. La situación es grave, se necesita ayuda . Es necesario que lleguen barcos y aviones con agua y alimentos y para trasladar a esta gente, los habitantes de Lampedusa están preocupados y desorientados, siguen tapando las goteras, no pueden soportar este ritmo».