Si antes se pensaba en comprar la “casa propia” como uno de los objetivos de vida, cada vez son más quienes optan por la idea de invertir en propiedades, mientras arriendan para vivir. A propósito de esto, en Activo Más Inversiones ofrecen algunos interesantes consejos para saber en qué fijarse para ser parte de este grupo de inversionistas.
Si bien, desde siempre se ha inculcado el tema de la “casa propia” como uno de los objetivos de vida de las personas a la hora de ser adultos y como una señal de independencia, la realidad es que cada vez es más popular la idea de comprar inmuebles para invertir, mientras se continúa arrendando.
Se trata de una tendencia bastante reciente, que se ha ido observando en quienes se encuentran interesados en ingresar al rubro inmobiliario en Chile. Lo que antes pudo parecer algo imposible de llevar a cabo, hoy resulta ser una realidad más que realizable para algunos inversionistas: hablamos de arrendar para vivir y comprar para invertir.
“Las personas escogen arrendar en zonas que sean más acordes a sus intereses y a su realidad económica, pudiendo compartir gastos en algunos casos con roomies, parejas o parientes para estar cerca de zonas como el trabajo, la universidad o lugares de interés”, señala Cristóbal Núñez, Subgerente de Ventas de Activo Más Inversiones.
Por contraparte, agrega que “la lógica detrás de la inversión en propiedades tiene relación con atributos como la plusvalía, las zonas con proyectos más atractivos y las configuraciones más demandadas, entre otras, más que si es un lugar que reúne las características para que el potencial inversor viva. Es más, gran parte de nuestros inversionistas nunca conoce físicamente el departamento que compró y que tiene en arriendo. Lo anterior ocurre ya que el negocio funciona perfecto y sin presentar ningún tipo de problemas para los propietarios, en algo que se podría considerar como una de las principales virtudes de este tipo de inversión”.
En ese sentido, Cristóbal Núñez entrega una serie de interesantes consejos y datos a tener presentes entre quienes busquen considerar esta alternativa.
1. Fíjate en la comuna
En Chile, existe un amplio número de comunas en la capital y en regiones del país que cuentan con un carácter más bien emergente.
“Cerrillos y La Cisterna, en la capital, o Coronel y Coquimbo, en regiones, son grandes ejemplos de comunas emergentes. Estas cuentan, entre otras cosas, con valores de
viviendas mucho más accesibles que comunas consolidadas y con costos más elevados, como lo son Vitacura o Las Condes, en Santiago, o Viña del Mar, fuera de la capital”.
2. La plusvalía, un punto a considerar
Las ciudades van cambiando constantemente y muchas veces en períodos cortos de tiempo pueden aumentar significativamente su valor.
“Si nos encontramos en un barrio en proceso de crecimiento y no tan establecido, por donde pronto comenzará la construcción de algún centro comercial, uno que otro strip center, supermercados, farmacias o bien en los próximos años se estima que contará con una estación de Metro cercana, pues la plusvalía aumentará significativamente, subiendo, por consiguiente, su valor de arriendo y el valor mismo de la propiedad”.
3. El departamento se paga prácticamente solo
Por estos días y gracias a los créditos hipotecarios, es posible acceder a la compra de viviendas en comunas emergentes que, posteriormente, se pueden poner en arriendo.
“Sí, es posible. Hoy por hoy, si mis ingresos me lo permiten, puedo solicitar un crédito hipotecario que, a la hora de poner en arriendo mi propiedad, me garantice que el departamento adquirido se pague casi solo. Incluso, en algunas ocasiones, todo dependiendo de la comuna donde se ubique la vivienda y su plusvalía, hasta podría considerar una ganancia extra de ese arriendo, aunque esto no siempre se da en todos los casos”.
Un beneficio a largo plazo y el sueño de la casa propia
Hoy, en Chile es posible hallar a muchas personas que han optado por este formato de inversión, incluso adquiriendo más de una propiedad, haciendo que estas mismas se paguen prácticamente solas.
«Lo importante es entender que antes de pensar en endeudarse por la casa propia, existe una alternativa para llegar mejor parado a ese momento. Si comenzamos adquiriendo propiedades de menor precio pensadas para ser arrendadas el 100% del tiempo y que suban exponencialmente su valor, la deuda adquirida con el banco será pagada por un tercero, en este caso un arrendatario, y eso no limitará nuestra capacidad de crédito porque recibiremos un ingreso por arriendo mes a mes«, explica el mismo Núñez.
«Así, podremos en un futuro seguir comprando propiedades y, al momento de dar el paso hacia la casa propia, podremos vender estos bienes que tenemos en arriendo y que ya contarán con una mayor plusvalía, a fin de que con toda esa ganancia de capital optemos al pie para comprarnos la casa que siempre soñamos, sin tener que endeudarnos el resto de nuestras vidas, como ocurre en la mayoría de los casos«, cierra el experto.