El siguiente es un artículo publicado por The Guardian* que reviste importancia global dado que todo el mundo y en particular en Chile, el uso de la cocina a gas licuado o llamado gas natural es masivo,

Incluso las dosis bajas de benceno en el aire aumentan el riesgo de una variedad de cánceres, incluidos los linfomas y la leucemia.

El uso de una estufa de gas puede elevar las concentraciones interiores de benceno, una sustancia química relacionada con el cáncer, por encima de lo que se encuentra en el tabaquismo pasivo o incluso más allá de los niveles que se encuentran junto a las instalaciones de petróleo y gas, encontró un nuevo estudio.

La investigación, que midió los niveles de benceno en 87 hogares en California y Colorado, encontró que las estufas de gas y propano con frecuencia emitían benceno a tasas muy por encima de los puntos de referencia saludables establecidos por la Organización Mundial de la Salud y la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA).

Dejar una sola placa de gas encendida durante 45 minutos elevó los niveles de benceno por encima de los que se encuentran en el tabaquismo pasivo, o en el límite de las plantas de petróleo y gas, con emisiones de 10 a 25 veces más altas que las de las estufas de bobina eléctrica. Incluso las placas de cocción de bajo consumo o el uso de hornos de gas emiten niveles significativos de benceno. Las estufas de inducción no emiten benceno en absoluto, encontraron los investigadores.

El estudio revisado por pares , dirigido por científicos de la Universidad de Stanford, es el primero en utilizar nuevos monitores para medir de manera efectiva el benceno en interiores. Incluso las dosis bajas de benceno en el aire aumentan el riesgo de una variedad de cánceres, incluidos linfomas y leucemia, al dañar la médula ósea de las personas. Los niveles elevados de benceno pueden permanecer durante seis horas en una casa o apartamento después de que se apaga una estufa de gas.

“Me cuesta pensar en una causa química más poderosa de leucemia que el benceno”, dijo Jan Kirsch, un oncólogo con sede en California que dijo que las personas tenían en sus hogares una causa “muy potente” de cánceres de células sanguíneas.

“La gente ha muerto, sin duda, por la exposición al benceno en sus hogares y, a menos que se solucione este problema, la gente seguirá haciéndolo”, dijo Kirsch. “La idea no es causar pánico, pero hay riesgos y los queremos reducir. Es importante que este mensaje se transmita al público, para que podamos entenderlo y actuar en consecuencia”.

Más de un tercio de los hogares en los EE. UU. usan estufas de gas, aunque muchos carecen de la ventilación adecuada para ayudar a reducir los niveles peligrosos de benceno, dijeron los investigadores. Las campanas extractoras, incluso cuando se usan, a menudo solo hacen circular el aire alrededor de una vivienda en lugar de expulsar los químicos dañinos.

El resultado son peligros en el aire interior que a menudo rivalizan, o incluso superan, el tipo de contaminación del aire exterior que se ha reducido a través de regulaciones de aire limpio en los últimos 50 años.

Las estufas de gas “son el único aparato de combustible fósil común para ventilar la contaminación en el interior”, dijo Rob Jackson, científico de Stanford que ayudó a liderar la nueva investigación. “Nunca nos pararíamos voluntariamente sobre el tubo de escape de un automóvil, respirando su contaminación, pero sí nos paramos voluntariamente sobre nuestras estufas, respirando la contaminación que emiten”, agregó.

*Artículo escrito por Oliver Milman