La UNESCO ha pedido que la educación para el desarrollo sostenible sea un componente central de los sistemas educativos en todos los niveles para 2025.
Si se trata de desarrollo sostenible, siempre se dice que los niños son los protagonistas pues ellos serán los responsables de preservar el planeta. Sin embargo, la educación ambiental aún no ocupa un lugar protagonista dentro de las materias que ellos aprenden en clases. De hecho, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) analizó los planes de educación y los marcos curriculares de unos 50 países concluyendo que más de la mitad de ellos no hacen referencia al cambio climático, mientras que sólo el 19% se ocupa de la biodiversidad.
Frente a eso es fundamental que los padres y apoderados en sus casas generen instancias que promuevan la conciencia en torno al medio ambiente y conviertan a los menores en agentes de cambio. Desde Integrity, empresa nacional que toma desechos plásticos de botellas de bebida, agua y jugos y los transforma en materia prima para nuevos envases, comparten cuatro simples ideas para poner en práctica en esta vuelta a clases y fomentar en ellos un tema crucial para la sustentabilidad: el reciclaje de plásticos.
Aprender en familia. Uno de los grandes problemas para avanzar en una cultura de reciclaje es el poco conocimiento y las escasas campañas que existen en torno a este tema. Por eso, es fundamental que en casa aprendan todos juntos, identificando tipos de envases plásticos y la disposición final que se debe dar a cada uno. El más común es el plástico PET que se identifica con el número (1), es usado en la mayoría de los envases de aguas, bebidas y para contener alimentos y es completamente reciclable ¡Seguro todos tenemos uno en casa!
Convertir el reciclaje en un juego. Si se quiere motivar a los niños nada mejor que hacer del reciclaje un juego. Inventen juntos dinámicas, establezcan etapas a superar e incluso asignen premios a las mejores conductas. Para conocer los tipos de plásticos y saber cómo prepararlos para ser reciclados, pueden hacer trivias con preguntas entretenidas y de seguro eso quedará en su memoria por mucho tiempo.
Crear conciencia a partir de la creatividad. Una buena forma de instalar en ellos la idea de que el plástico puede tener una segunda vida es que puedan hacer juguetes con botellas de plástico PET. En YouTube hay muchos tutoriales divertidos donde en pocos pasos pueden convertir sus botellas en figuras de perritos, trencitos, aviones y mucho más ¡Todo se trata de despertar su imaginación e ir eliminando poco a poco la cultura de los desechos!
Instalar el tema en tu colegio. Si el colegio de tu hijo aún no recicla ¡motívalos a hacerlo! Pueden hacerlo en etapa, comenzando con pequeños contenedores para luego optimizar la infraestructura. En Integrity han generado distintos planes con colegios de Santiago para recibir sus desechos y, además, invitar a los cursos a conocer las instalaciones para que vean directamente como lo que usualmente consideramos basura se convierte en nuevos productos que llevan comida hasta nuestras casas e incluso frutas a otros lugares del mundo.