Por: Rodrigo Solovera, CEO de PORTALDOC , especialista en Tecnología e Inteligencia Artificial (IA) en salud.
Es interesante revisar algunos de los actuales números de participación de la mujer en el desarrollo de Inteligencia Artificial (IA): el 22% de los trabajadores de esta área de la tecnología 4.0 son mujeres, según ONU mujeres, en tanto, el 44,2% de los sistemas IA se presenta brechas y sesgos de género, de acuerdo un análisis global.
¿Qué pasa en Chile? En 2022, ONU Mujeres reveló varios puntos preocupantes en su estudio “Demanda de mujeres en la industria tecnológica en Chile”. Según este informe, la participación femenina es de un 35% en cargos de entrada y desciende a un 15% en cargos gerenciales.
Ahora, no podemos obviar que en Chile se han hecho esfuerzos por cambiar esta situación. El Gobierno lanzó la Política de Igualdad de Género para la ciencia, tecnología, conocimiento e innovación que tiene como propósito avanzar en las brechas de género que impiden la participación y el desarrollo de niñas y mujeres en todas estas áreas del conocimiento, de aquí a 2030.
Esto, como efecto dominó, incentivó a las Universidades a abrir cupos especiales. Un ejemplo de esto es la puesta en marcha del “Proyecto Ciencia 2030 UC” que tiene como fin atraer a mujeres que cuenten con talento e interés científico a carreras tales como Física, Astronomía, Matemáticas o Estadística.
Analizando este panorama, no cabe duda que el mundo cambió, y mucho antes que irrumpiera Covid -19, sólo que ahora se ha hecho más visible. Además, estos incentivos, políticas públicas y espacios, no son como, muchos creen, una forma de hacer ingresar a la mujer al mundo de la tecnología con fórceps, porque está de moda, o porque es una medida “popular”, es al revés, esta es una respuesta frente al interés de la mujer por conseguir un espacio y una voz en estos ámbitos que, hasta no hace mucho, eran casi en su totalidad, de dominio masculino.
De acuerdo a mi experiencia en el área clínico asistencial y proyectos tecnológicos en salud, la mujer por naturaleza está mejor preparada para manejar una mayor cantidad de variables de manera simultánea, gracias a su habilidad multitask, y eso, actualmente en las tecnologías 4.0 es un valor agregado.
Si miramos hacia atrás, a principios de los años 90’s, el mundo de la informática era un terreno árido y lejano para todo quien no perteneciera a esa área, donde lo más valorado era el conocimiento de cómo manejar softwares o configurar hardware. Pero esto fue cambiando, la tecnología ahora es parte de nuestro día a día y, por ende, se hizo necesario incluir nuevos talentos.
El mundo tecnológico de hoy es un mundo mucho más sistémico y enfocado en la resolución de problemas prácticos, que requieren de la articulación de equipos de trabajo, y en ese aspecto, las mujeres cuentan con grandes aptitudes. Por ende, su rol debiera ser más protagónico en el desarrollo de la IA.
En Chile ya contamos con grandes talentos femeninos en IA, tal es el caso Jocelyn Dunstan, investigadora y académica, PhD en Matemática Aplicada, Física Teórica por la Universidad de Cambridge, que para mí es una referente en el área.
Está claro que el desarrollo de la AI en Chile y en el mundo, se requiere de equipos transversales y con equidad de género. De hecho, en esta industria, la colaboración es fundamental, y eso es lo que más enfatizo cuando les hago clases a mis alumnos.
Atrás quedó esa visión del informático o experto con un tremendo ego, con aires de superioridad y que mantiene en reserva todo lo que sabe hacer, como una forma de tener el control y el poder sobre la industria. Hoy vemos que la colaboración y el ser generosos con lo que uno sabe, es vital para seguir avanzando.
Finalmente, en todo lo relacionado con IA, la colaboración transversal, sin brechas de género y comunitaria es fundamental, porque en esta área de la tecnología, juntos somos más.