La foto muestra el impacto de bala en la puerta de un auto que estaba estacionado en pleno centro de Santiago, el vehículo presentaba varios otros impactos de bala.

Este lunes se conoce un informe de la PDI sobre la delincuencia y las cifras deberían a lo menos remover la conciencia -si es que tienen- algunos políticos que están chantajeando al Gobierno de turno paralizando la convocatoria para conformar la Mesa de Seguridad y enfrentar -esperemos- de manera contundente este tsunami delictual que tiene atemorizado al país.

Los datos son que en un año los asesinatos aumentaron en un 32%. En la mayoría de los casos se usaron armas de fuego que se grafica en que aumentó en 46% el uso de armamento y podría tratarse de los llamados «ajustes de cuenta» y disputas entre bandas.

Según el reporte, Atacama es la región del país donde más creció la tasa de homicidios, pasando de 11 a 23 asesinatos entre 2021 y 2022. Le sigue Arica y Parinacota, donde aumentó en 100% (de 14 a 28 asesinados) en el mismo periodo.

Del total de muertos a balazos 109 fueron migrantes.

Este rojo panorama parece no importarle mucho a la mal llamada clase política y también al Gobierno de turno porque ni el anterior ni este han sido capaces de abordar la delincuencia con determinación y aplicar la urgente mano dura antes que esa mano dura venga del crimen organizado como parece estar ocurriendo hoy, porque resulta inaceptable que diariamente se informe -por la prensa- de muertos acribillados a balazos como ocurrió anoche en cerro Navia y en La Florida.

Publicidad