En la provincia argentina de Neuquén, China está construyendo -desde 2015- una estación de rastreo espacial que estaría operativa a fin de año, según varios analistas y medios trasandinos “el proyecto sigue rodeado de misterio y polémica”. Se trata de la tercera estación de una red y la primera fuera de territorio chino, con una antena de 35 metros de diámetro e instalaciones asociadas a su observación, que la convierten en la más moderna de las tres.
Las principales dudas estás relacionadas con el posible uso militar de la llamada Estación de Espacio Lejano, que forma parte del Programa Nacional de China de Exploración de la Luna y Marte, y con la supuesta existencia de cláusulas secretas en el acuerdo, que han denunciado sistemáticamente analistas y grupos políticos como el Frente Popular que inició las protestas el mismo día que comenzaron la construcción a cargo de la empresas Esuco, la contratista china CHEC y la empresa CLTC(China Satelite Launch and Tracking Control General), y tiene un costo -informado por Argentina- de US$ 300 millones.
De hecho el 19 de febrero de 2015 se presentó en el Juzgado Federal de Mar del Plata el primer amparo contra la edificación del complejo militar de la República Popular China en Bajada del Agrio, Provincia de Neuquén.
La demanda se realizó contra el abuso de autoridad, abuso de poder, ilegalidad e ilegitimidad en contra del Poder Ejecutivo Nacional y el Gobierno de la Provincia de Neuquén, que en forma arbitraria, clandestina y secreta permite la construcción de una base militar de espionaje y guía de armas de destrucción masiva de una potencia militar emergente y peligrosa como es China señalan los abogados Damián De Angeli, Marcos Tusar y Fernanda Boggia.
«La Agencia Estatal China de Lanzamiento, Seguimiento y Control General de Satélites (CLTC, por sus siglas en inglés) encargada de la obra, depende específicamente del Departamento General de Armamento y de la Comisión Central Militar del Ejército Popular de Liberación de China y comenzó a construir una base militar en la provincia de Neuquén y con cesión de soberanía, sin autorización del Congreso de la Nación, con un simple trámite administrativo, violando la Ley 25880, que regula específicamente el ingreso de elementos militares extranjeros a la República Argentina», sostienen los juristas De Angeli, Tusar y Boggia.
Por su parte el secretario general de la Comisión Nacional Aeroespacial (CONAE) de Argentina, Félix Menicocci, desmintió la existencia de las cláusulas secretas asegurando que «esa es una gran falacia», a pesar de que el presidente, Mauricio Macri, prometió revelarlas, Menicocci asegura: «No sé quién le ha informado al presidente que hay anexos secretos, porque no existen».
Según el periodista del diario La Nación Martín Dinatale, el problema es que la estación «depende del Ejército Popular chino, a diferencia de una estación espacial similar realizada por acuerdos con la Unión Europea en la provincia de Mendoza, más al norte, cuya contraparte es una entidad civil».
Para el analista político Rosendo Fraga, director de la Consultora Nueva Mayoría, explica que «para China, lo satelital es una división del ejército, no importa el uso que se le dé al satélite. Y el uso militar de esa información, si existe, es incontrolable».
«En la base, a mi entender, no rige la ley argentina. De hecho, es un lugar que prácticamente es territorio chino», denuncia el intendente de Neuquén, Horacio Quiroga.
En particular, muchas preocupaciones las provoca la poderosa antena que incluye la base. «Los especialistas advierten que la antena puede tener un uso dual, con avistaje de la Luna o del espacio, pero a su vez para interceptar satélites y eventualmente enviar información vinculada con datos sensibles de otros países», señala Dinatale.
Protestas y empresas ligadas a los K
Las primeras protestas se iniciaron el 14 de febrero de 2015, el llamado Frente Popular, convocó a una manifestación la puerta de acceso de las obras que se habían iniciado. En ese entonces, Luis Tiscornia, candidato a vicegobernador de la provincia, dijo “estamos aquí, repudiando la instalación de la base “Espacial-militar” (…) y, una vez más, denunciando que la alianza estratégica integral del Gobierno de CFK con China, además de la entrega económica implica una decisión “geopolítica”, un alineamiento geopolítico con China, que incluye con el ejemplo de esta base lo militar”.
En tanto, tabmién en febrero de 2015, el legislador provincial por Unidad Popular, Raúl Dobrusin, señaló, entre otros cuestionamientos, que la obra está a cargo de una firma perteneciente a Lázaro Báez, el empresario kirchnerista apuntado de formar parte de una trama de lavado de dinero que salpica a la Casa Rosada. “En estos momentos, toda la obra civil está siendo hecha por una empresa argentina, Esuco, de un tal Lázaro Baez”, aseguró Dobrusin.
Todas las denuncias y recursos legales han sido en estériles, ya que la planta sigue en su proceso de construcción y todo indica que entrará en operaciones este fin de año.
Sin duda que esta base china será otro dolor de cabeza para el Presidente Macri.