· En el mercado de clientes libres, donde está la posibilidad de elegir a los proveedores más libremente y el tipo de energía a utilizar, se está abriendo la alternativa de poder comercializar los “excedentes”, para que así las empresas puedan generar algunas ganancias.
En Chile, existen aproximadamente 2.500 clientes libres, o sea, que tienen la capacidad de elegir quién les suministrará la energía eléctrica, con la opción de escoger qué tipo de energía quieren (eólica o solar, entre otras). A este mercado, actualmente, pueden acceder los usuarios que tengan una potencia conectada por sobre los 500 Kilowatts. Según expertos, una de las grandes ventajas que hoy se está discutiendo para este segmento, es la capacidad de poder comercializar la energía no utilizada por los compradores, con el fin de aprovechar el recurso y generar ganancias adicionales.
“Si pensamos en el cliente libre, este compra una cantidad de energía anual a la generadoras, por lo general, a través de contratos flexibles en los que no se les exige que paguen por la energía contratada sino por la consumida. Por ejemplo, si compré 10 GWh/año, pero consumí 7 GWh/año, solo pagaré por esos 7. Entonces esos 3 de diferencia la generadora -si los tenía reservados- tendrá que inyectarlos al sistema. Pero, ¿qué pasaría si el cliente libre tuviese que pagar por el total contratado y consume menos? Contaría con energía de sobra (tal como nos pasa a la mayoría con los planes de telefonía móvil) ¿Qué podría hacer con ella?, quizás podría volver a inyectarla para otro cliente que le falte energía y podría vendérsela a un precio mayor al cual yo compro, generando ganancias”, indica Fabián Lobos, coordinador técnico comercial de Safira Energía, comercializadora de energía que entrega innovadoras soluciones a empresas y les ayuda a transformar su matriz energética.
Implementación local
De acuerdo al experto, en Chile ya se está discutiendo el tema por parte de entes gubernamentales y entendidos en la materia, para ver la posibilidad de generar este mercado a corto plazo. Sin embargo, este afirma que en nuestro país se considera un «corto plazo» la modalidad de contratos a 2 o 4 años, lo que es un primer paso, en comparación a un sistema tradicional con negociaciones de 6 años (incluso hay casos de hasta 40 años de servicio contratado).
“Apenas estamos empezando a considerar alternativas más eficientes y rentables para el mercado a corto plazo real, que implica negocios en un periodo inferior a un año, flexibilidades o condiciones de contrato, gestión de consumo, entre otros” indica Fabián Lobos.
Sobre la experiencia en otras latitudes, el ejecutivo de Safira Energía indica que “este es un tema que ya se ha trabajado con éxito en el mercado Brasileño, por ejemplo. Allí el mercado de energía eléctrica de corto plazo es una realidad, y los clientes que -por motivos de baja de producción o de alguna mantención o mejoras tecnológicas- y que tienen energía de sobra, pueden lanzarla a subasta, encontrando otros clientes que la necesiten. En ese mercado ofrecen energía por periodos cortos como trimestres, meses y hasta en horarios determinados”.
Asimismo, agrega que “para que esto sea efectivo en Chile, en un inicio, todo parte por educación en los clientes respecto a la energía, para aprender a darse cuenta qué tan relevante es este ítem dentro de su matriz de costos. Luego, comenzar a verlo como un recurso estratégico y desde ahí realizar nuevos contratos con condiciones que les permitan participar en el corto plazo. Desde nuestro lado como comercializadora, debemos entregar con claridad el cómo funciona, sus ventajas y beneficios”, cierra Fabián Lobos.
Para saber más, visita: https://www.safiraenergia.cl/