- El Déficit Atencional no se queda en la niñez, por el contrario, es un Trastorno que acompaña, a quien lo padece a lo largo de su vida.
Un ejemplo claro del impacto del Trastorno por Déficit Atencional (TDA) en la adultez es la relación con el abuso de sustancias. El Dr. Rodolfo Philippi, Psiquiatra Adulto, Magister en Filosofía y Bioética y director en la Sociedad Médica Psifam, manifiesta que “entre personas sin diagnóstico ni síntomas la probabilidad de abuso de sustancias es de 20%, mientras que entre las personas con TDA es de un 84%, y este es uno de los ejemplos que muestran el impacto del Trastorno del Déficit Atencional en la vida de un adulto”.
“El Trastorno por Déficit Atencional (TDA) es un trastorno como lo dice la palabra del neurodesarrollo, de inicio en la infancia que tiene una etiología biológica, que se transmite genéticamente y que abarca todas las áreas funcionales de la vida del ser humano”, señala el Dr. Philippi.
Se piensa erróneamente que no es una condición genética, siendo que es incluso hereditaria y que acompaña a la persona a lo largo de toda su vida y no únicamente en la niñez. Según el Dr. Philippi algunas de las causas del TDA, además de la genética son “el bajo peso al nacer, una madre que ha consumido drogas o que ha fumado durante el embarazo, alguna infección o situación en el parto como pasar a cuidados intensivos, son factores que aumentan la vulnerabilidad genética”.
La prevalencia en niños es del 5% y el 7% lo que indica que, en general, por curso debe haber 1 o 2 niños que tengan Déficit de Atención. El especialista dice que existe un mito de que hay un sobrediagnóstico al respecto y la verdad es que está subdiagnosticado, en adultos pasa lo mismo y la tendencia es hacia no reconocer el trastorno”.
El Dr. Philippi revela que “el 80% de los niños que tienen Déficit Atencional continúan con los síntomas en la adultez. Las personas entran a la secundaria o a la universidad y se les da un -alta- sin razón de ser, ya que no existe una cura química que permita mejoría en la adultez sin tratamiento”.
Solo un 15% o 20% de los niños que presentan TDA mejoran a lo largo de su crecimiento, sin embargo, lo que ocurre es que “los adultos a lo largo de su vida, por no recibir diagnóstico o tratamiento van haciendo un acomodo o ajuste a su sintomatología y esto les permite poder funcionar con relativa normalidad. Pese a esto, la falta de concentración, la hiperactividad o impulsividad, se mantienen presentes en la personalidad del paciente”.
¿Cómo puede reconocer un adulto que sufre de Trastorno por Déficit Atencional?
El Dr. Rodolfo Philippi, Psiquiatra Adulto señala cómo reconocer el TDA entre las personas adultas. Al ser un cuadro neurobiológico impacta a lo largo de los aspectos educativos, académicos y las relaciones con las personas, se suele relacionar con el rendimiento profesional, pero las relaciones interpersonales son también determinantes. Por lo general son personas que tienen dificultades para relacionarse con otros, así como manifestar impulsividad o irritabilidad cuando no les prestan suficiente atención.
En el adulto persisten los síntomas en relación a la atención y principalmente la debilidad en las funciones ejecutivas. Las fallas ejecutivas son pérdida de memoria, no ubicar objetos, no prestar atención a los detalles, dificultad para recordar eventos y dificultad para mantener la concentración de forma permanente, así como imposibilidad de secuenciar las acciones, es decir, escribir un listado de actividades por hacer en un orden determinado y no cumplirlo. Se trata de una incapacidad para tener control de las funciones ejecutivas y de mantenerlas en el tiempo.
Los pacientes adultos con Trastorno de Déficit Atencional llegan a la consulta con síntomas de otros trastornos y es en la consulta médica donde se puede discernir cuál es el origen de los diferentes trastornos que presenta. El impacto trasciende porque las personas con TDA suelen tener mayores infracciones de tránsito, mayor tasa de desempleo, mayores conflictos en las relaciones personales y esto afecta negativamente la vida del individuo. Incluso, se habla de mayor riesgo de vida por accidentes.
En ambos grupos etarios es necesario el diagnóstico y el tratamiento, tanto en terapia como en la administración de fármacos, por lo que para llevar una vida lo más normal posible es ideal que el paciente acuda a la evaluación médica y reciba tratamiento. El 70% de los individuos que reciben tratamiento farmacológico obtendrán resultados positivos.