Durante la administración de Sebastián Piñera se registraron las principales alzas en delincuencia urbana armada y el jefe político de las policías de ese pasado reciente, el ex alcalde de Estación Central, el UDI, Rodrigo Delgado -quien fuera cuestionado permanentemente por su incapacidad para liderar la lucha efectiva contra esa delincuencia que muestra evidentes trazas de «importación», ahora plantea con total desparpajo que: «¿Por qué no pensar el día de mañana a lo mejor en un estado de excepción en la RM que pudiese dar garantías? Porque ojo, el estado de excepción no es necesariamente coartar la libertad de las personas como se pensó que se iba a hacer en la macrozona sur».

No contento con esto y con el tácito reconocimiento que las policías prácticamente son de adorno -cuestión que comenzó bajo su administración- afirmó: «Bueno, a lo mejor sería importante el apoyo de las Fuerzas Armadas para poder proteger la acción policial y realizar las diligencias que deben realizar. Yo creo que hay que dejar los complejos».

Pero como si fuera poco, Delgado planteó lo siguiente: «Mi sector político tiene mucho que avanzar en lo que se refiere a la prevención, vale decir, que ojalá los niños el día de mañana no opten por la carrera delictual como una meta para conseguir recursos».

A lo que se refiere Delgado debe ser a las espantosas cifras que dejó su gestión y que le recordamos en esta nota publicada por Infogate.cl en enero a pocos meses de dejar La Moneda: En los últimos estertores del Gobierno, Sebastián Piñera, ante la espantosa evidencia del fracaso de su política de Seguridad Pública, en los últimos días ha hecho gala del viejo recurso efectista (con ayuda de cierta prensa) de promulgar leyes para dar la sensación que se combate la delincuencia lo que simplemente es para -justamente- “para la tele”, pero que en la realidad no sirve de mucho y la mejor muestra es que en lo que van del año ya hay 25 crímenes ultraviolentos con personas rematadas con más e 80 balazos, otros ajusticiados con métodos propios de los narcos mexicanos o colombianos o venezolanos, pero Piñera promulga leyes que no sirven para nada, tal como lo hizo hace unos día con la nueva (vieja) Ley de Control de Armas que tardó 14 años de salir de las cocinas del Congreso y que ya está obsoleta, porque los legisladores y el gobierno no tomaron nota del avance y del poder de fuego de la delincuencia importada que azota al país.