viernes, noviembre 22, 2024

Política Exterior Turquesa, emulando a Neville Chamberlain

La porfiada realidad llegó el mismo día en el cual nuestro socio “estratégico” Argentina, que fue el primer país que visitó Gabriel Boric como presidente en ejercicio, anuncia que cuenta con “un gran apoyo” para la explotación de hidrocarburos “offshore” a 300 km de Mar del Plata.

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El siglo XX fue tal vez uno de los siglos más violentos en la historia de la Humanidad, con dos guerras mundiales que arrasaron Europa y buena parte del mundo, para terminar en una Guerra Fría europea, pero que fue bastante caliente en el Sudeste Asiático, África y Centroamérica, lugares que hasta el día de hoy sufren las consecuencias de la mal llamada “Guerra Fría”.

Y para el siglo XXI nos deseábamos un mundo mejor, en el que todos los estados vivieran en paz, buscaran la prosperidad para sus habitantes y que todos juntos hiciéramos de este planeta un lugar sustentable en el tiempo.

La ciencia adicionalmente nos ha alertado de un fenómeno que está sucediendo y que es real: el calentamiento global, que amenaza la existencia misma de la vida en nuestro planeta. Esto sin duda es un desafío no menor, que requiere de políticas y acciones claras, en la cual la convicción es muy importante.

Es así como mucho celebramos el concepto de “Política Exterior Turquesa” que esbozó la red “Nueva Política Exterior” y que iba a poner el foco en dos pilares: azul de los Océanos y verde de Sustentabilidad Ambiental, colores que mezclados dan el turquesa. Una política a todas luces correcta e innovadora, que a buena hora el entonces candidato Gabriel Boric hizo propia, y que iba a permitir a Chile a demostrar con hechos que la política ambiental es parte de un desarrollo sustentable en el tiempo.

Para la implementación de la política era entonces indispensable adherir al Acuerdo de Escazú, lo que se logró el 31 de Mayo del 2022 con su aprobación en el Senado.

El problema es que Chile se ha transformado en un mundo irreal, en el cual muchas personas creen que con firmar un papel las cosas cambian por arte de magia. Y si bien como Latinoamericanos, nos cuesta asumir que el “realismo mágico” es simplemente un género literario, preferimos ignorar la realidad que nos rodea.

Y esa porfiada realidad llegó el mismo día en el cual nuestro socio “estratégico” Argentina, que fue el primer país que visitó Gabriel Boric como presidente en ejercicio, anuncia que cuenta con “un gran apoyo” para la explotación de hidrocarburos “offshore” a 300 km de Mar del Plata.

¡Una certera puñalada en la espalda a la “Política Exterior Turquesa”!

Aún quedan instancias para que ese proyecto no se concrete, pero las similitudes que tiene la “Política Exterior Turquesa” con la política de apaciguamiento que hizo el Primer Ministro británico Neville Chamberlain antes de la Segunda Guerra Mundial son preocupantes.

Chamberlain cometió el error de dar concesiones “para mantener la paz”, pavimentando con ello la política de agresión y creando un verdadero monstruo como fue Adolfo Hitler. La Historia ha sido extremadamente cruel con Chamberlain, y no pocos historiadores lo apuntan a él, como uno de los principales causantes de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que como persona era una pacifista inclaudicable además de sólidos principios éticos y morales.

Y acá también estamos ante una decisión que debería ser muy clara y nítida, dado que están en juego el diseño de nuestra política exterior y las convicciones más profundas por las que Chile y el Gobierno de Gabriel Boric han luchado.

¿Chile va a tranzar sus convicciones “turquesas” para anteponer otros intereses? ¿Fue la política turquesa solamente un trabajo teórico y donde nunca hubo ni voluntad ni convicción de implementarlo, ni menos promocionarlo con nuestros “socio estratégicos”?

Estamos ad portas de presenciar en primera fila las convicciones del Gobierno chileno en cuanto a la “Política Exterior Turquesa”.

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