Por: Patricio Delgado, Gerente General de Augure
A partir de noviembre de 2020 comenzó en gradualidad a implementarse y en junio de 2021 entró en vigencia la Ley de Transformación Digital del Estado (Ley Nº 21.180), la cual busca que el ciclo completo de los procedimientos administrativos de todos los órganos de la Administración del Estado se realice en formato electrónico, pero no existe en la mayoría de los casos una herramienta única para llevarlo a cabo.
Si bien es cierto la transformación digital se vio fuertemente acelerada, esto no es excusa para que cada entidad pública la implemente de manera distinta, siendo los más afectados, la población. Pero ¿qué puede hacer la transformación digital por la sociedad? Este proceso ayuda a mejorar los servicios, ahorrar dinero y más importante aún, mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Sin duda, es mucho más que eliminar las filas y el papel de las instituciones públicas.
Hoy, una de las fases que se está impulsando es que la interacción Estado – Ciudadano sea de forma digital, pero el problema es que, principalmente se cumple en instituciones dependientes al Poder Ejecutivo, por ejemplo, en un reclamo al Sernac, y efectivamente en esta materia se ha avanzado mucho. Pero dónde está el principal desafío y preocupación, es sobre cómo ayudar a las 345 municipalidades a que cubran estas exigencias y también las 16 gobernaciones regionales.
De hecho, se les exige a los gobiernos regionales y a las municipalidades con menos recursos que cubran los mismos requerimientos que las municipalidades con más recursos, por ejemplo, Las Condes o Vitacura. Entonces, la normativa está dejando solos a la mayoría de los alcaldes y gobernadores. Por lo tanto, el gran desafío que tiene el nuevo gobierno es de qué forma hacer cumplir la Ley, y que no genere por atrás una ley de ineficiencia digital.
Por lo tanto, ¿no sería mejor que el Estado apoyará y desarrollará una plataforma única para que las personas puedan hacer sus trámites?, además del hecho de apoyar a las municipalidades más vulnerables y con menos recursos, que no tienen la capacidad de hacerlo de una mejor manera.
Sabemos que la transformación digital es el desarrollo de una nueva cultura, y aquí el principal reto es la adopción, ya que esta requiere desarrollar curvas de aprendizaje y atender situaciones sociales. Es evidente que la digitalización se continuará acelerando y evolucionando, pero, ¿no sería mejor ayudar y facilitar este proceso?