viernes, noviembre 22, 2024

Prensa británica destaca: «Gabriel Boric, 36, sworn in as president to herald new era for Chile»

Gabriel Boric, de 36 años, asumió como presidente para anunciar una nueva era para Chile. Ex líder estudiantil progresista espera transformar un país que aún vive a la sombra de la dictadura de Pinochet.

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La llegada del Presidente Gabriel Boric a la Presidencia de Chile, es noticia mundial y aunque los principales medios del mundo siguen teniendo en portada la tragedia ucraniana bajo el fuego inmisericorde de Rusia, resalta el cambio presidencial de este viernes 11 de marzo, tal como lo refleja la crónica del diario inglés The Guardian que titula: «Gabriel Boric, de 36 años, asumió como presidente para anunciar una nueva era para Chile. Ex líder estudiantil progresista espera transformar un país que aún vive a la sombra de la dictadura de Pinochet», crónica que reproducimos íntegramente y que nos da la visión que tiene el otro lado del mundo:

«Después de un vertiginoso ascenso de líder de la protesta estudiantil a jefe de Estado en poco más de una década, Gabriel Boric asumió como el presidente más joven de la historia de Chile.

“Sepa que vamos a hacer todo lo posible para estar a la altura de los desafíos que enfrentamos como país”, dijo al recibir la banda presidencial en una ceremonia en la ciudad portuaria de Valparaíso.

Un mes después de cumplir 36 años, Boric estuvo acompañado por varios de los líderes estudiantiles que sirvieron junto a él durante dos mandatos en el Congreso y ahora se unen a su gabinete.

“Esta es la mejor generación de jóvenes políticos que ha tenido Chile en 50 años”, dice Luis Maira, de 81 años, exministro que fue mentor del nuevo presidente. “Sin lugar a dudas, Boric nos está llevando a un nuevo capítulo de la historia chilena”.

Chile se vio sacudido por meses de disturbios en 2019 por la desigualdad, la corrupción y el bienestar social inadecuado. Muchas de las demandas de los manifestantes se hicieron eco de las que Boric y sus contemporáneos habían impulsado en un movimiento estudiantil que exigía que Chile se reconstruyera teniendo en cuenta las preocupaciones de su pueblo.

Es una visión que Boric ha prometido lograr como presidente, aunque un congreso dividido probablemente obstaculice el progreso.

En el fondo, representantes de todos los rincones de Chile están redactando una nueva constitución para reemplazar la carta de 1980 del general Augusto Pinochet. La nueva constitución se someterá a referéndum a finales de este año.

El nuevo gobierno también tendrá que negociar mayores tensiones entre el estado y los indígenas mapuches en el sur, y una crisis migratoria en el norte .

Boric insiste en que la historia no comienza con su generación, pero no se puede negar su impacto en la política.

“Él siempre quiso saber de dónde venían los que tenían el poder y qué habían hecho antes”, dijo Maira.

En el invierno de 2011, Boric y sus contemporáneos paralizaron Santiago con su movimiento exigiendo una educación gratuita y de calidad para todos, catapultándolos a la conciencia nacional.

Un año después, Boric tomó las riendas del sindicato de estudiantes de la Universidad de Chile en el centro de la capital, donde brillantes remolinos de color ahora adornan un edificio que alguna vez estuvo ocupado por la temida policía secreta de Pinochet.

“Siempre tuvo algo de él, y cuando se postuló para el Congreso yo bromeaba con que podría ser presidente”, recordó Sonia Moreno, de 59 años, quien ha trabajado en el sindicato durante más de una década.

Mientras miraba fotos de ella y un Boric de cabello largo en su teléfono, recordó cómo él la empujó a terminar sus estudios e incluso ayudó a recaudar dinero para una operación en su brazo.

“Tengo mucha fe en él porque es un guerrero, hace lo que dice. Tiene un carácter fuerte y es decidido”, dijo.

En 2013, Boric fue elegido para el Congreso de Chile en representación de Magallanes, la región más austral de Chile, y prometió cambiar Chile de abajo hacia arriba.

Quienes lo rodean pintan una imagen de un lector voraz y un negociador paciente, decidido a recopilar opiniones, salvar las divisiones políticas y construir mayorías.

Boric ha dicho en repetidas ocasiones que, como parte de su ambición de descentralizar Chile, espera dejar la presidencia con menos poder que cuando la heredó.

También ha tenido cuidado de señalar el cambio de los tiempos con sus primeras elecciones.

Boric reiteró su respaldo al proceso constitucional de Chile a la mañana siguiente de las elecciones, y el mes pasado anunció un gabinete de mayoría femenina, un símbolo del Chile feminista que busca construir .

Vivirá en el centro de la ciudad, en el Barrio Yungay, donde hileras eclécticas de casas de poca altura y fachadas con grafitis bordean las calles empedradas, muy lejos del presidente saliente, el multimillonario Sebastián Piñera, que tiene una casa grande en los suburbios ricos del noreste de Santiago.

La casa que Boric ha elegido se encuentra entre las calles Freedom y Hope.

“Si Boric puede supervisar la transición de una constitución a otra, y de una generación a la siguiente, lo consideraría un éxito”, dijo Maira.

“Si puede hacer eso, los efectos se sentirán en toda América Latina, ya que podría ser recordado como el líder de una nueva era en una región que rara vez ha encontrado consenso”.

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