Este viernes el Alto Comisionado de la ONU para los refugiados, Filippo Grandi, actualizó las cifras e la otra trageia que sigue a la guerra: los refugiados y desplazados que deja.

«El número de refugiados de Ucrania, trágicamente, ha llegado hoy a 2,5 millones. También estimamos que alrededor de dos millones de personas están desplazadas dentro de Ucrania. Millones obligados a abandonar sus hogares por esta guerra sin sentido», posteó Grandi.

El Alto Comisionado, -el día antes- había solicitado con urgencia ayuda económica para las crisis humanitaria ucraniana: «ACNUR necesita unos 500 millones de dólares para su trabajo de emergencia en Ucrania y los países vecinos. Hasta ahora hemos recibido más de 300 millones de dólares, de los cuales casi 200 millones proceden de particulares, empresas y fundaciones. Esto no tiene precedentes: un signo de extraordinaria solidaridad con el pueblo de Ucrania».

Habría sido humanitariamente correcto haber visto este tipo de reacciones ante la situación en Palestina y las matanzas israelíes en los Territorios Ocupados o en Afganistán, en Siria, en Yemen o en Venezuela que ha desplazado más de 5 millones de personas que deambulan por Sudamérica generando toda clase de problemas como ocurre en Chile, pero este conflicto demuesta que nada preocupa más que Europa para los Europeos y sus aliados, el resto sigue siendo patio trasero. La guerra no declarada por Rusia a Ucrania deja en claro que las tragedias humanitarias no reciben el mismo trato.