Más de 10 días han transcurrido desde la apertura del plazo para inscribir las vicepresidencias adjuntas, después del lamentable espectáculo ofrecido por el pleno de la Convención Constitucional para la definición de la presidencia del organismo.
Posteriormente fue el turno de los convencionales oficialistas de Vamos por Chile, cuyas diferencias obligaron a la intervención de las directivas, imponiéndose una «novedosa» fórmula de alternancia en el cargo para dejar contentos a moros y cristianos.
Actualmente, quienes tomaron la posta fueron los convencionales de Pueblo Constituyente y Coordinadora Plurinacional, quienes han fracasado en ponerse de acuerdo en el nombre de quien ocupe la vicepresidencia adjunta que represente a ambos bloques.
Actualmente son tres las alternativas principales entre las que apuestan: Daniel Tapia, Tania Madariaga y Manuel Woldarsky.
Sin embargo, las negociaciones han tensionado las relaciones internas en ambos grupos, que se han lanzado acusaciones mutuas de inflexibilidad, egoísmo político y falta de generosidad. De hecho, Woldarsky acusó a Pueblo Constituyente de que no están respetando la alternancia y acuerdos previos.
En entrevista con El Mercurio, de hecho, aseguró que dicho movimiento ya tuvo a Natalia Henríquez en el cargo “y eso, a quienes salimos de esa colectividad, no nos aportó ningún beneficio respecto de la necesidad de mantener la coordinación permanente y la información fresca de la mesa directiva”, mostrando eso si su confianza en que “Pueblo Constituyente va a tener la madurez política para entender que la alternancia es la necesidad que debemos mostrar al país como eje rector del trabajo colaborativo, incluyendo a las fuerzas de ciudadanas y ciudadanos independientes”.
Por contrapartida, en Pueblo Constituyente aseguran que Coordinadora Plurinacional ya tiene representación en la mesa, ya que Natividad Llanquileo, del pueblo mapuche, forma parte de ese colectivo, lo que Cristóbal Andrade calificó de “poco representativo”. “Y si no hay acuerdo, hay que mantener la convivencia sana, así que, si nadie se cuadra, habrá que seguir trabajando con ellos en el tema de las normas”, señaló.
Sin embargo, Coordinadora Plurinacional respondió afirmando que Llanquileo asumió como vicepresidenta en representación del colectivo Pueblos Originarios. El representante diaguita Eric Chinga recalcó que “ocho convencionales de escaños reservados la patrocinamos. Eso no tiene nada que ver con lo otro. Ellos entran a confundir”.
En medio de estos dimes y diretes, asoma como fórmula de consenso, para salvar la situación, la división de la vicepresidencia en dos mini períodos de tres meses cada uno, a similitud del acuerdo de Vamos por Chile
En ese contexto, Chinga comentó que “en un par de reuniones, la última que sostuvimos, les mandamos una propuesta que es dividir el periodo, tres meses nosotros, tres ellos, que cada cual eligiera a la persona que está como vicepresidente. Tenemos que revisar el reglamento, pero creemos que es una propuesta que se puede analizar”. Lo último, detalle no menor, pues en la Convención surgieron varias voces que acusaron el acuerdo interno de Vamos por Chile como ilegal, aun cuando hasta ahora ello no se ha materializado en impugnaciones oficializadas. Pero, pese a las dudas, dicho camino se aparece como el único posible para evitar alargar el entuerto y no seguir perdiendo tiempo efectivo para ejercer el cargo.