Los académicos del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, María Cristina Escudero y Jaime Baeza, expusieron ante la Comisión de Sistema Político de la Convención Constitucional y propusieron una nueva forma de gobierno que debería quedar establecida en una nueva carta fundamental.
En su exposición, los profesores argumentaron los beneficios de abandonar el actual sistema presidencialista que tiene Chile y reemplazarlo por uno del tipo parlamentario o semipresidencial.
Baeza explicó que en estos sistemas, los parlamentarios que no participan del gobierno (Poder Ejecutivo), “tienen fundamentalmente funciones de representación en el territorio, participan de la legislación apoyando la mayoría del gobierno, pero su principal función no es legislar”.
Respecto de la elección directa del mandatario, como ocurre en el sistema presidencial, señaló que “es interesante que no queramos entregarle la decisión de quién será Primer Ministro a un acuerdo amplio de fuerzas políticas (como ocurre en el parlamentarismo), pero nos arriesguemos a la elección directa de líderes personalistas, sin respaldo en el Congreso y poca capacidad de gobernar”.
“La historia de Chile nos muestra que hemos hecho grandes cambios en las coyunturas críticas, y hoy estamos en una coyuntura crítica”, agregó.
Por su parte, Escudero expuso algunas de las ventajas del sistema parlamentario, indicando que “uno de los beneficios del parlamentarismo es que se alinean el programa del primer ministro con el parlamento. Eso genera incentivos de cooperación”.
Otra ventaja de este sistema y del semipresidencialismo, según señaló la académica del INAP, es que genera una “despersonalización del poder”.
“En estos sistemas el poder está más concentrado, pero en una institución y no en una persona, y el Primer Ministro realmente puede ser fiscalizado y sometido al voto de censura”, afirmó.
Precisó que “es cierto que en el parlamentarismo puede haber dificultad de formar gobierno, pero se le pueden dar soluciones constitucionales a ese problema, puede haber una burocracia fuerte para que los gobiernos continúen funcionando mientras se producen los acuerdos, como está ocurriendo en Alemania”.