La peor de las pesadillas para las potencias occidentales se repite en Afganistán: la derrota en un país pisoteado primero por los soviéticos y luego por EEUU y los aliados de la OTAN que este sábado vuelve a convulsionarse con el avance imparable de los insurgentes Talibanes -los mismos que armó, financió y adiestró EEUU- principalmente para sacar a los «malvados herejes soviéticos» de este país.
Tras el retiro de las tropas occidentales, los Talibanes comenzaron a recuperar su país conducido por un gobierno local débil y sustentado solo por los países occidentales. Este sábado los cables internacionales confirman que Kabul está sin luz y a punto de caer bajo el control Talibán, ya que a solo 70 kilómetros del centro de la capital se regsitran combates entre las fuerzas oficiales y las milicias mujahidines.
Las embajadas cierran, salen del país. Los ciudadanos estadounidenses reciben correos electrónicos sobre el transporte aéreo: vaya al aeropuerto ahora o no podremos ayudarlo más. Lo mismo para los canadienses. Entonces nos toca a nosotros, los italianos: ‘Les informamos que, dado el grave deterioro de las condiciones de seguridad, mañana, 15 de agosto, estará disponible un vuelo de la fuerza aérea’. La embajada suspende el trabajo: sólo el cónsul permanecerá en Kabul, para asistir a los traductores que durante años han ayudado a los soldados italianos en Afganistán, a los que Italia ha garantizado la asistencia para salir del país. Todos los que lo deseen -diplomáticos, personal humanitario, periodistas- serán evacuados en vuelo militar desde el aeropuerto Hamid Karzai, ahora controlado por los turcos, que han desplegado tropas tras la retirada de la OTAN reseña The Guardian.
Crónica simmilar publica La Repubblica: «La noche más negra de Kabul: «Se acabó para nosotros». A las nueve de la noche de anoche, el ruido de aviones militares y helicópteros invadió el cielo de Kabul. Acaba de caer Mazar-i Sharif, la cuarta ciudad más importante del país, la puerta de entrada a ese norte con el que contaba el gobierno del presidente Ashraf Ghani para resistir el asalto de los talibanes , seguida de la provincia de Laghman.
El miedo es rampante en la ciudad. Dos horas después, aviones militares estadounidenses atacaron a un grupo de combatientes talibanes que realizaron un ataque con misiles en el aeropuerto de Kandahar. Algunos de los 3.000 soldados destinados a ayudar al personal estadounidense en la evacuación de emergencia ya han llegado: otros lo harán pronto. El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado que enviará 1000 marines más de lo esperado para hacer frente al rápido deterioro de la situación..