Todas las encuestas y análisis para las elecciones de este 15 y 16 de mayo erraron, primero sufragó un total de 6.458.760 personas, un 43,35% del total que estaba habilitado y ganó el mundo independiente ciudadano y el vilipendiado Frente Amplio y el PC. De hecho, 105 municipios quedan en manos de independientes, 4 de cada 10 convencionales son independientes. El FA-PC controlan amplísimos territorios a través de las alcaldías emblemáticas como Santiago, Viña del Mar, Maipú, San Miguel, Valdivia, Los Lagos, Casablanca y otras comunas.
Pero el principal territorio frenteamplista será la Quinta Región, con un gobernador más los municipios clave.
Sin duda que lo dicho anoche por el Presidente Piñera refleja una realidad que la totalidad de la mal llamada clase política nunca quiso ver: «No estamos sintonizando adecuadamente con las demandas y con los anhelos de la ciudadanía, y estamos siendo interpelados por nuevas expresiones y por nuevos liderazgos”, afirmó.
Este cambio de rumbo coloca al país en un realineamiento de la política tradicional (derecha e izquierda) que pierde el poder en todos los frentes y el más relevante, el de la Convención Constitucional.
En este escenario el Gobierno debe mantener la gobernabilidad en los 299 días que le quedan tal como lo explicó el vocero de Palacio, Jaime Bellolio: «yo creo que se debe enfocar en manejar una agenda de administración, dejando quizás la cuestión más política a los partidos, a Chile Vamos, recurriendo mucho a esa estructura (…) El Gobierno tiene que asumir que la responsabilidad principal recae en darle gobernabilidad los próximos diez meses, terminar de buena manera el Gobierno, sacar adelante la agenda de mínimos comunes, tener diálogo con los distintos sectores políticos», explicó.
Esta elección tendrá efectos inmediatos en los abollados partidos que deben inscribir a sus candidato presidenciales. Si los partidos no leen la elección de este fin de semana sin duda caminan al precipicio electoral.