El presidente de la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI), Diego Hernández, lamentó este jueves la aprobación hecha por la Cámara de Diputados al proyecto de Royalty Minero que establece una compensación a favor del Estado por las ventas de, prácticamente, toda la industria minera que opera en el país, apuntando a que en la discusión primó el “clima electoral” y no el aspecto técnico.
“Es una noticia muy negativa para este sector productivo, por cuanto en un tema de tanta importancia para Chile ha primado el clima electoral que enfrenta el país y se ha olvidado el interés nacional y la visión estratégica de desarrollo país. Aquí no ha habido un debate técnico, serio e informado”, sostuvo el dirigente gremial.
Respecto al efecto que tendría la aplicación de este nuevo impuesto, Hernández dijo que aprobar este royalty implica en la práctica una decisión de “no tener más minería en Chile”.
El directivo de Sonami agregó que como ya están dando cuenta bancos de inversión y medios de comunicación especializados internacionales, “este impuesto desincentivará de inmediato la inversión y pondrá en serio peligro la competitividad de nuestra industria en un momento clave que vive nuestro país, especialmente en el periodo de recuperación económica post pandemia, en el que la minería estaba llamada a jugar un rol fundamental e insustituible”.
En su declaración, Hernández reiteró que este nivel de impuestos para una industria clave en el desarrollo económico y social del país, “va a tener consecuencias muy graves para la minería y la economía nacional, porque son niveles de tributos imposible de resistir”.
En cuanto a la tramitación de la iniciativa en el Senado, el presidente del gremio minero llamó a los senadores a actuar mirando el interés nacional, ponderando en su futura decisión que “aquí se juega el destino de una industria que, a vía de ejemplo, en los últimos quince años ha realizado un aporte relevante a la economía y desarrollo nacional, generando el 13% del PIB que registró Chile, el que se eleva a más del 20% considerando los efectos inducidos, además, junto con el 20% de la inversión total, el 60% de las exportaciones y el 14% de la totalidad de los ingresos fiscales”.