Aunque muchos dicen que el 18-O comenzó el principio del fin de Santiago capital, lo cierto que la decadencia de la comuna capital o del centro cívico comenzó hace mucho tiempo, desde que la «picota» del progreso derrumbó cuanto edificio antiguo lograba sobrevivir, pero desde 2019 hasta ahora la decadencia, la desolación, el abandono y el descuido solo es comparable al derruido y maloliente Valparaíso.

Santiago literalmente se ha marchitado sobre sus ruinas. Al caer la tarde noche la desolación es total y emerge la prostitución controlada por «piquetes» de extranjeras, que desafiando todas las medidas sanitarias, se ofrecen en Plaza de Armas y todo el radio contiguo. Un poco más al norte -Mercado Central- el panorama no es muy distinto: comercio callejero especializado en ropa de marca falsa vendidas principalmente por decenas de haitianos, que en el Puente Recoleta venden cachureos y desechos. Junto a este panorama remece ver las puertas y vitrinas tapiadas con latones para evitar saqueos, turbazos e incendios

Otro signo de esta desolación, es la vivienda callejera, que se encuentran a media cuadra del Palacio de La Moneda: un carro de supermercado con frazadas y utensilos de casa marca esta «vivienda» bajo la marquesina de un edificio estatal. Son decenas las carpas instaladas en las calles del centro cívico de Santiago y que en su mayoría cuentan con TV a que sacan los cables de los postes de las luminarias púbicas aunque ello signifique dejar sin iluminación algunos puentes como el Patronato rente al Museo de Bellas Artes, zona que se ha transformado en un área roja donde la delincuencia campea.

Puente Recoleta, la venta de ropa falsificada, ropa usada y cachueros es permanente, aunque se esté bajo «Cuarentena Estricta», pero a estas personas que venden, no les llega ninguna ayuda o los famosos IFE o bonos del Estado. Su comercio es para «pasar el día». (Foto: Infogate)
A pocos metros de La Moneda esta vivienda callejera. (Foto: Infogate)
El legendario restaurant «Les Assassins» del otrora turístico Barrio Lastarria anunció en marzo de este año que cerraba. (Foto: Infogate)
Calle Agustinas, pleno centro de Santiago, el letrero «Se Arrienda» se repite en decenas de locales en las que fueran las calles más caras de Chile para los comercios. (Foto: infogate)
Esquina de Paseo Puente con Santo Domingo, hasta antes del estallido social y la pandemia, un punto comercial estratégico, hoy un símbolo de la tragedia que vive la capital chilena. (Foto: Infogate)
La esquina de Agustinas con Paseo Ahumada, centro neurálgico del comercio y a pocas cuadras de La Moneda, también en arriendo. (Foto: Infogate)
Otro local en arriendo en Paseo Huérfanos con Mac Iver. (Foto: Infogate)
Arriendo de local en calle Moneda al llegar al Paseo Bandera. (Foto: Infogate)
Más locales disponibles en calle Miraflores al llegar a Agustinas. (Foto: Infogate)
La Galería Crillón con sus ventanales tapiados para evitar los saqueos, sobrevive porque alberga a una tienda departamenal, en pleno Paseo Ahumada con Agustinas. (Foto: infogate)
Paseo Nueva York, centro financiero que alberga a la Bolsa de Comercio de Santiago, desolado por la pandemia. (Foto: Infogate)
El Club de La Unión y la presencia policial para evitar protestas que intentan -también en pandemia- llegar a La Moneda. (Foto: Infogate)
Barrio Lastarria. (Foto: Infogate)
Paseo Ahumada: Control policial en cuarentena durante la segunda ola de contagios que mantiene a Santiago por más de dos semanas confinado. (Foto: Infogate)
El comercio callejero se mantiene en las cales de Santiago, como esta venta de calcetas invernales en pleno Paseo Huérfanos al llegar a Paseo Estado. (Foto: Infogate)
«Campamento Invernal» en junio de 2020 y que se mantiene hasta ahora en la explanada de Av. Cardenal Caro frente al Puente Recoleta. (Foto: Infogate)
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